Sudáfrica.-Numerosas personalidades de Sudáfrica, del continente africano y del mundo rindieron este domingo tributo a la lucha incansable y al legado humano del arzobispo emérito sudafricano y premio Nobel de la Paz Desmond Tutu, fallecido hoy a los 90 años en Ciudad del Cabo (suroeste).
El primero en homenajear públicamente a Tutu fue el presidente de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa, al anunciar a primera hora la noticia de su muerte.
En un comunicado, Ramaphosa lo describió como un “patriota sin igual” y un “hombre de un intelecto extraordinario” que siempre mantuvo su integridad frente a las fuerzas del sistema de segregación racista del “apartheid”.
“La muerte del arzobispo emérito Desmond Tutu es otro capítulo de pérdida en el adiós de nuestra nación a una generación de destacados sudafricanos que nos legaron una Sudáfrica liberada”, lamentó el mandatario.
La Iglesia anglicana de Sudáfrica y la Fundación Desmond & Leah Tutu (su esposa) confirmaron también la triste nueva y destacaron su gran fe religiosa y su lucha incansable por hacer del mundo un lugar más justo.
Otras personalidades, instituciones y centenares de ciudadanos anónimos de la nación austral tampoco tardaron en rendir tributo a una figura no solo muy querida, sino considerada la encarnación de la conciencia moral del país.
Entre ellas destacó la Fundación Nelson Mandela, que describió la muerte de Tutu como una pérdida “inconmensurable”, además de recordar que la lucha antiapartheid de estos dos Nobel de la Paz corrió paralela en la historia de Sudáfrica.
Fuera de las fronteras del país, varios líderes africanos, como el presidente namibio, Hage Geingob, o su homólogo de Kenia, Uhuru Kenyatta, enviaron también mensajes de pésame y describieron a Tutu como un “héroe” y un “símbolo de la resistencia frente a la adversidad” y de “optimismo” frente a la “desesperanza”.
Más allá del continente africano, numerosas personalidades y líderes mundiales también destacaron las enseñanzas de Tutu.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, dijo que estaba “desconsolado” por el fallecimiento de Desmond Tutu, pero afirmó que el legado del arzobispo sudafricano trasciende las fronteras y tendrá “eco a través de los tiempos”.
En una declaración conjunta con la primera dama, Jill Biden, el mandatario alabó el “valor y la claridad moral” del icono de la lucha contra el apartheid. “Desmond Tutu siguió su vocación espiritual de crear un mundo mejor, más libre y más igualitario”, dijeron los Biden.
“Era una figura crítica en la lucha contra el apartheid y en sus luchas para crear una nueva Sudáfrica y será recordado por su liderazgo espiritual y su irreprimible buen humor”, expresó el primer ministro británico, Boris Johnson, a través de Twitter.
La reina Isabel II de Gran Bretaña dijo el domingo que estaba “profundamente entristecida” por la muerte de Desmond Tutu, y lo llamó “un hombre que defendió incansablemente los derechos humanos en Sudáfrica y en todo el mundo”.
“Recuerdo con cariño mis reuniones con él y su gran calidez y humor”, dijo en un comunicado, y agregó que su muerte “será sentida por la gente de Sudáfrica, y por tanta gente en Gran Bretaña, Irlanda del Norte y en todo el Commonwealth, donde se le tenía en gran afecto y estima “.
El ex presidente Barack Obama, primer mandatario negro de Estados Unidos, recordó este domingo a Tutu como una figura clave y una “brújula moral” que peleó contra la injusticia en Sudáfrica y también en otras partes del mundo.
Tutu, también laureado con el Premio Nobel, “fue un mentor, un amigo y una brújula moral para mí y para muchos otros”, dijo Obama en un comunicado.
“Un espíritu universal, el arzobispo Tutu se basó en la lucha por la liberación y la justicia en su propio país, pero también se preocupó por la injusticia en otras partes”, expresó, añadiendo que Tutu siempre buscaba “encontrar la humanidad en sus adversarios”.
El jefe de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, calificó a Tutu como “una figura mundial destacada por la paz y una inspiración para generaciones de todo el mundo”.
“Durante los días más oscuros del apartheid, fue un faro brillante para la justicia social, la libertad y la resistencia no violenta”, dijo Guterres en un comunicado.
Por su parte, la periodista filipina y también Nobel de la Paz Maria Ressa compartió en las redes sociales una de las citas más célebres del arzobispo: “si eres neutral en las situaciones de injusticia, has elegido el lado del opresor”.
“Con su muerte, hemos perdido a un gran hombre que vivió una vida realmente significativa. Estaba comprometido con el servicio a los demás, especialmente a aquellos que son menos afortunados. Estoy convencido de que el mejor tributo que podemos darle es conservar vivo su espíritu”, expresó en un comunicado el máximo líder espiritual tibetano, el Dalai Lama, con quien Tutu compartía amistad.
Por su parte, el papa Francisco envió un telegrama de pésame por la muerte de Tutu, de quien destacó “el servicio del Evangelio, mediante la promoción de la igualdad racial y la reconciliación en su Sudáfrica”.
El telegrama fue enviado al nuncio apostólico en el país africano, Peter B. Wells, firmado por el cardenal secretario de Estado, Pietro Parolin, en el que expresa sus condolencias a la familia y seres queridos y “confia su alma a la misericordia amorosa de Dios, invocando las bendiciones divinas de la paz y el consuelo en el Señor Jesús sobre todos aquellos que lloran su fallecimiento en la esperanza segura y segura de la resurrección”.
El Premio Nobel de la Paz, símbolo de la resistencia al apartheid, promotor de la reconciliación, conciencia de Sudáfrica, había sido mencionado por el papa en su encíclica “Fratelli Tutti” entre los “hermanos no católicos” que lo habían motivado “a reflexionar sobre la fraternidad universal”.
Galardonado con el premio Nobel de la Paz en 1984 por su lucha contra la brutal opresión racista del apartheid en Sudáfrica, a Tutu se le considera una de las figuras clave de la historia contemporánea del sur de África.
Su trayectoria estuvo marcada por una constante defensa de los derechos humanos, algo que le llevó a desmarcarse en numerosas ocasiones de la jerarquía eclesiástica para defender abiertamente posiciones como los derechos de los homosexuales o la eutanasia.
En los últimos años se había mantenido alejado de la vida pública debido a su avanzada edad y a los problemas de salud que arrastraba desde hacía años, incluido un cáncer de próstata.