Lima, 25 oct (EFE).- La ciudad de Lima y la vecina provincia del Callao cerraron sus playas a los bañistas, a escasas semanas del inicio de la temporada de verano, para evitar contagios de covid-19 en los balnearios y reducir la posibilidad de una segunda ola de la enfermedad.
Con más de 886.000 casos confirmados de la pandemia y más de 34.000 fallecidos, las autoridades peruanas ordenaron el cierre de las playas durante los fines de semana, una medida recibida positivamente por 33 % de limeños, según la última encuesta de la empresa Ipsos.
De acuerdo con sondeo, publicado por el diario El Comercio, el 49 % preferiría que haya un control del aforo o permitir el ingreso por horarios, mientras que 17 % opinó que se debería dejar la libertad de que cada uno se cuide y poder acudir normalmente.
En el circuito de playas de la Costa Verde, que atraviesa varios distritos de Lima, había resguardo policial y municipal para impedir el ingreso a la arena, pero sí estaban autorizados los deportes, como el ciclismo, en los malecones o vías de tránsito.
«Los días viernes, sábado y domingo está prohibido el uso de los espacios, tanto de mar como el área de descanso de arena y piedras, solamente se pueden usar para deportes el área del malecón y las pistas», explicó a Efe el vocero de la municipalidad de Miraflores, Martín Reyes.
Miraflores es uno de los distritos con algunas de las playas más concurridas en la capital e igualmente de parques en el malecón, que atraen a gran cantidad de visitantes.
Reyes recordó que «la Policía Nacional está facultada para imponer las sanciones correspondientes a cada inconducta o infracción, que se genere por el incumplimiento de las disposiciones del Gobierno central».
Las municipalidades están trabajando en el ordenamiento de las playas junto a la Policía Nacional y Defensa Civil para cumplir con las disposiciones del Ejecutivo con el objetivo de «evitar la propagación de la covid-19 en esta fase de reactivación de las actividades sociales», apuntó Reyes.
El uso de las playas estará permitido para los bañistas únicamente entre los días lunes y jueves, sin llevar comida, guardando las medidas de distanciamiento social y el uso de la mascarilla.
No obstante, la ministra de Salud, Pilar Mazzetti, llamó la atención por el hecho de que la población tiene que aprender a respetar las directivas con el fin de resguardar su salud y de la de toda la comunidad.
«La cercanía de las personas es un gran problema. Podríamos lotizar (separar espacios), poner cintas y tener turnos para entrar a la playa. La pregunta es: ¿los vamos a respetar? Es una pregunta para la población», opinó Mazzetti.
Un 58 % de limeños opinó en la encuesta de Ipsos que no iría a la playa en el verano que se avecina, mientras que un 12 % lo hará como siempre.