Donald Trump arremete contra los inmigrantes ante miles de partidarios en el Bronx

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El expresidente de Estados Unidos Donald Trump habla durante un mitin este jueves, en Cotrona Park en Nueva York (EE. UU). EFE/ Javier Otazu Elcano

Tegucigalpa.- El expresidente republicano Donald Trump (2017-2021) dio este jueves un inusual mitin en El Bronx (Nueva York), un feudo demócrata en el que fue recibido por un público entregado al que encendió con sus temas habituales de campaña, especialmente la inmigración, y hasta con lecciones de vida.

A sus 77 años, Trump mostró una gran energía en la hora y media que duró el mitin en Crotona Park ante miles de personas -10.000 según la organización, y 3.500 según la ciudad-, de gran diversidad en raza y edades y que le mostraron un apoyo fervoroso, mientras un imponente despliegue policial separaba a los escasos manifestantes antitrumpistas que se atrevieron a aparecer.

En un distrito en el que más de la mitad de la población es hispana y más de un cuarto negra, el candidato republicano a las próximas presidenciales argumentó que «millones» de inmigrantes están dejando vacías las cárceles de sus países, entrando ilegalmente en Estados Unidos y cometiendo «crímenes migrantes».

Entre gritos de «Send them back» (depórtalos) y «Build the wall» (levanta el muro), Trump prometió «la mayor deportación criminal de la historia» e incluso sugirió que los inmigrantes «están creando un ejército desde dentro» porque «suelen tener buen físico, entre 19-25 años, casi todos son hombres, y están en edad de luchar».

El político eligió anécdotas de las que más escuecen, como el «ataque de una banda migrante a policías» en Times Square o el uso de una escuela como refugio migrante en Brooklyn, y recuperó de su anterior campaña una historia metafórica sobre una serpiente (el emigrante) rescatada de la calle por una mujer a la que luego el animal traiciona y muerde.

El expresidente cumplió casi todas las apuestas y se proclamó más capaz que su rival, el presidente demócrata Joe Biden, en numerosas ocasiones, aunque con una declaración arriesgada: para cuestionar las capacidades del líder demócrata, afirmó que los líderes de China, Corea del Norte y Rusia están «en la cima del mundo».

Los seguidores de Trump escucharon admirados sus palabras, incluyendo anécdotas de su trayectoria como empresario inmobiliario en Nueva York, y más aún cuando bromeó con que tenía «una sobredosis de política» y quiso ofrecer una «charla sobre el éxito» a la «gente joven del Bronx».

Entre el público había familias con ancianos, bebés y niños, grupos de adolescentes, parejas de mediana edad y muchos adultos jóvenes, sobre todo hombres, con una notable presencia de judíos que lucían la kipá y camisas tradicionales, aunque la tónica eran las gorras rojas con el lema «Make America Great Again».

«Cuanto más duro trabajas, más suerte tienes», comenzó el magnate, que pasó varios minutos visiblemente cómodo dando consejos como elegir una profesión que a uno le guste, seguir levantándose frente a las adversidades, y mantener el «impulso» a lo largo de la carrera.

Su carisma y currículo empresarial eran alicientes para muchos seguidores de clase media, como Krystal, una joven demócrata que dijo admirar al Trump «constructor de campos de golf», o María, una artesana salvadoreña que valoró su carácter «rebelde» y que «arregló la ciudad» durante décadas.

Un grupo de vecinos de origen dominicano que ondeaban su bandera declaraban a EFE que Trump es su candidato por ser «un hombre de valores y provida», además de que defenderá las fronteras mejor que Biden y reducirá la delincuencia.

Para su primer mítin en Nueva York desde 2016, Trump se rodeó de republicanos como el comentarista Andrew Giuliani o el congresista floridano Byron Donalds, pero destacó el exsenador demócrata y reverendo Rubén Díaz Sr, que le dio su voto y dijo a EFE estar seguro de que El Bronx podía volverse republicano.

Uno de los argumentos repetidos por el candidato -y por sus invitados- fue que los allí reunidos no eran «negros, marrones ni blancos», sino estadounidenses, y que votaban como tales. Palabras que eran respondidas con gritos de ¡¡U-S-A, U-S-A!!!

Y el candidato concluyó, con su voz ahogada por los vítores, cambiando su lema a «Make Our City Great Again» (hagamos nuestra ciudad grande de nuevo). Recordó que vayan a votar a los «patriotas que trabajan duro como ustedes y que van a salvar nuestro país. Nuestro voto va a ser demasiado amplio como para ser manipulado». EFE