Alemania analizará el racismo policial tras duro pulso en coalición de Merkel

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Varios policías alemanes. / EFE

Berlín – Alemania analizará los casos de racismo en las filas policiales, tras un pulso en la coalición de la canciller Angela Merkel que acabó derribando el rechazo explícito a esa investigación del ministro del Interior, el conservador Horst Seehofer.

La gran mayoría de los agentes son «leales a la Constitución», pero debe garantizarse que en el cuerpo policial hay «tolerancia cero» hacia cualquier forma de comportamiento ultraderechista, afirmó hoy Seehofer, de la Unión Socialcristiana de Baviera (CSU).

Con ello retiró, de facto, su negativa a autorizar un estudio sobre el racismo en la Policía alemana, como venía exigiendo el co-gubernamental Partido Socialdemócrata (SPD) y parte de la oposición parlamentaria.

Según informaciones de «Der Spiegel», el titular de Interior accedió anoche a encargar ese estudio, tras una reunión en Cancillería con Merkel y el ministro de Finanzas, Olaf Scholz, candidato del SPD a las elecciones generales previstas para 2021.

EL RACISMO EXPLÍCITO DE CHATS POLICIALES

Las demandas de dicho estudio se habían extendido a las filas de la Unión Cristianodemócrata (CDU) de Merkel tras salir a la luz recientemente unos chats ultraderechistas entre agentes de Renania del Norte-Westfalia (oeste), el «Land» más poblado del país.

Unos treinta agentes fueron suspendidos de servicio al revelarse que participaban en chats donde se intercambiaban chistes racistas sobre refugiados o contenidos ultraderechistas, símbolos nazis e imágenes de Adolf Hitler.

En Berlín se abrieron poco después diligencias en torno a un chat entre 25 agentes en que se definía a los musulmanes de «primates fanáticos» y a los refugiados de «violadores» o «ratas».

Tanto desde el gobierno regional berlinés – un tripartito entre socialdemócratas, verdes e Izquierd a- como del renano – una coalición entre la CDU y los liberales – se calificó lo ocurrido de «vergüenza» para el conjunto de la policía.

Seehofer trató de zanjar la discusión proponiendo un estudio independiente sobre los comportamientos o tendencias racistas en el conjunto de la sociedad alemana.

El ministro argumentaba que un estudio centrado solo en el presunto racismo estructural en la Policía podría menoscabar la credibilidad del cuerpo, en unos momentos en que está saturado de funciones y ante nuevas situaciones creadas por la pandemia.

La hostilidad hacia los agentes han ido en aumento, advirtió el ministro, sea en manifestaciones de los contrarios a las restricciones por la COVID-19 o entre la izquierda radical.

Desde el SPD, Verdes e Izquierda se respondió que tales estudios de ámbito general, mayoritariamente basados en encuestas, ya existen y que se precisa una investigación sustentada en fuentes de Interior.

LA SUCESIÓN DE HECHOS AISLADOS

El primero en admitir, desde las filas conservadoras, que no pueden considerarse como «hechos aislados» los comportamientos racistas en la Policía fue el titular de Interior de Renania del Norte-Westfalia, Herbert Reul. Chats como los revelados en su estado son «una vergüenza para el conjunto de la policía», admitió.

En los últimos tres años salieron a la luz al menos seis casos de tendencias ultraderechistas en el cuerpo policial y en distintos estados federados. En cinco de ellos se apartó a los implicados del puesto; en el sexto se interpusieron medidas de orden laboral.

El más grave de esos casos fueron las amenazas contra políticos izquierdistas y otras personas de la vida pública lanzadas desde ordenadores policiales en el estado de Hesse (oeste). Iban firmados con la sigla «NSU 2.0», alusivas al grupúsculo neonazi Clandestinidad Nacionalsocialista (NSU), autor de los asesinatos de nueve inmigrantes y una agente policial entre 2000 y 2007. EFE