Navidad es donde lo divino y humano se entrelazan en un abrazo: José Nácher en homilía dominical

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Tegucigalpa.- En la homilía dominical celebrada en la Catedral San Miguel Arcángel de Tegucigalpa, monseñor José Vicente Nácher Tatay resaltó que con ausencia de fe, podemos tener temor de percibirnos como seres diminutos.

«La Navidad, recordémoslo siempre, es el encuentro más grandioso de todos los tiempos, donde lo divino y lo humano se entrelazan en un abrazo. Si deseamos materializar ese abrazo, observemos cómo en María, cuyos brazos envuelven la eternidad y sostienen a Dios, el ser supremo que abarca todo», dijo el arzobispode Tegucigalpa.

En esta experiencia señaló Nácher, podemos adquirir conciencia de nuestra pequeñez e indignidad en el mundo actual, donde lo diminuto a menudo es explotado o manipulado.

«Por lo tanto, es comprensible que, en ausencia de fe, sintamos temor al percibirnos como seres diminutos. En cambio, María, en su humildad, reconoce su pequeñez y necesidad, al mismo tiempo que confía y obedece, pues sabe que es hija de Dios», comentó.

Misterio

Monseñor José Vicente Nácher dijo que contemplemos un hermoso misterio mientras nos preparamos para el nacimiento de Jesús.

«Las lecturas de hoy nos recuerdan las promesas del pasado que se cumplen en Jesús, pero también nos hablan del futuro. La vida cristiana se sostiene en la palabra recibida y avanza confiando en la palabra de Dios», apuntó.

Ser cristiano, al estilo de María, implica confiar cada día en la palabra de Dios y vivir nuestra vida cotidiana con la sencillez y autenticidad de María en Nazaret, refirió en su mensaje.

«Vivir como lo hizo María es, de alguna manera, vivir una Navidad perpetua, donde la eternidad visita nuestra historia y establece su morada entre nosotros. Descubrimos que Dios habita en medio de nosotros más profundamente que nosotros mismos, como afirmaría san Agustín: «Dios, que existía antes que nosotros, está entre nosotros y nos abre su pleno», expresó.

En Navidad, somos visitados por Dios, así como el Ángel visitó a María y María visitó a Isabel.

Encuentro

Encuentro, abrazo y compartir, a eso llama la Navidad. En su mensaje dijo que experimentamos la alegría de la Navidad cuando visitamos a otros.

«Nos preguntamos a quién podemos visitar esta Navidad, ¿qué persona o familia espera nuestra visita y quién se alegrará de que nos acerquemos a ellos?.

Además dijo que hay que considerar también a aquellos a quienes no podemos visitar o no quieren recibirnos, pero que sentimos la necesidad de hacerlo. Realizamos esas visitas con delicadeza, respeto y confianza, pidiendo permiso.

«Estamos en la víspera de Navidad, y todo está dispuesto tanto externa como internamente para la visita de Dios mismo. Se nos invita a no tener miedo, como el Ángel le dijo a María: «No temas». En lugar de temor, se nos anima a compartir con María la alegría de la Navidad, porque Dios está muy cerca», concluyó en la Homilía.