Tegucigalpa.- Producto de un trabajo de investigación e inteligencia policial, funcionarios de la Unidad Nacional Antisecuestros (UNAS), de la Dirección Policial de Investigaciones (DPI), detuvieron a un exmilitar y supuesto cabecilla de la banda delictiva «Los Portillo» por supuesta participación en el rapto de un empresario capitalino.
La UNAS le ejecutó un auto motivado de detención preventiva por suponerlo responsable de haber cometido el delito de secuestro agravado, con el beneplácito de la Fiscalía del Ministerio Público.
Dicho arrestado tiene 66 años, es un exsargento del Ejército, considerado el cabecilla de la banda delictiva «Los Portillo» y conocido criminalmente con el alias de «El Coronel».
En la acción policial que se llevó a cabo mediante allanamiento de morada con autorización judicial, ejecutado en la colonia La Cañada de la capital, se decomisó dos vehículos: uno utilizado para interceptar y trasladar a la víctima, otro para la negociación y un teléfono celular.
De acuerdo a las investigaciones, alias El Coronel, es el negociador de la banda delictiva, quien desde hace más de cuatro décadas genera delitos de secuestro, tráfico de drogas, tráfico de armas y robo.
Su centro para delinquir son los municipios de Talanga, Distrito Central, Valle de Ángeles, Valle de Zamorano y el corredor que conecta a la capital con el departamento de Olancho.
Este presunto cabecilla ha hecho uso de su entrenamiento militar el cual obtuvo de sus 20 años de servicio en el área de inteligencia del Ejército para poder concretar sus crímenes y evadir a las autoridades policiales.
Se verificó en el sistema policial y el detenido tiene antecedentes policiales por delitos de estafa, uso indebido de nombre, robo, secuestro, entre otros ilícitos.
Antecedentes del caso
El pasado martes 28 de febrero del año en curso, la UNAS reportó la liberación de un empresario capitalino y la detención de dos miembros de la banda delictiva en un sector montañoso entre los municipios de Talanga y Cantarranas, Francisco Morazán.
La víctima fue mantenida cinco días en cautiverio y sus secuestradores exigían dos millones de lempiras a cambio de su liberación; mismos que no se pagaron gracias a la efectiva respuesta de la Unidad Antisecuestros.
En esa oportunidad se detuvo a dos hombres de 58 y 60 años, en poder de una arma de fuego, una camioneta y un pickup propiedad de la víctima.
