Kylian Mbappé añora una vida normal, aunque considera lógico su salario multimillonario

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Tegucigalpa.- Kylian Mbappé añora el anonimato, poder salir a la calle y disfrutar de una vida normal, aunque considera que se merece el dinero que gana, incluso si ignora la cantidad exacta.

«He perdido la espontaneidad del ser humano», reconoce la estrella del fútbol francés y mundial, quien admite que «hay cosas que no he podido hacer en la vida y que me han faltado», según confiesa en un programa del canal público France 2 emitido en la noche del jueves.

El programa ‘Envoyé Spécial’ permite a Mbappé abrir su lado más íntimo y también repasa a fondo la labor de la fundación IBKM, creada por el jugador para apoyar a jóvenes.

El delantero del Paris Saint-Germain y de la selección francesa reconoce que llegar al estrellato ya con 18 años hizo que su madurez se adelantara, y que añora cosas normales como «ir a una ‘brasserie’, salir, ir con amigos, ir de fiesta de incógnito, un ‘brunch’ en una terraza. Es lo que más me falta».

Mbappé, ya de 25 años, asegura a la periodista Élise Lucet que no sabe a ciencia cierta el dinero que gana (se ha publicado fque unos 100 millones de euros anuales entre la ficha del PSG y sus contratos con patrocinadores).

Reconoce que las cifras que se manejan actualmente en el fútbol pueden parecer exageradas «Lo entiendo, antes decía lo mismo», indica, aunque añade que «el mundo funciona así, nosotros solo nos podemos adaptar a este mundo».

Sin embargo, en la media hora de entrevista que incluye el programa, grabada a finales de diciembre, Mbappé considera que amerita el dinero que ingresa: «Sí, merezco lo que gano», aunque añade inmediatamente que «por eso he creado la fundación».

Su padre es de origen camerunés, y su madre, tunecino, por lo que reconoce que «el racismo me afecta personalmente» y recalca que se expresa, como en los disturbios del pasado verano en Francia, porque «soy un ciudadano del mundo» y «pienso que soy libre de decir lo que me parece justo, como cualquier ser humano».

En el programa, titulado ‘Mbappé, el otro gol de su vida’, y tiene un papel importante la madre del jugador, Fayza Lamari, que gestiona los importantes intereses de su hijo.

La emisión, de hora y media, repasa sobre todo el funcionamiento de la asociación IBKM (‘Inspired By Kylian Mbappé’) que ayuda a 98 jóvenes, para lo que grabó imágenes durante cerca de un año.

Se trata de la primera vez que Lamari, muy discreta y protesctora de su hijo, ha permitido un acceso de las cámaras a las actividades privadas que realizan ella y su hijo, cuya comunicación pública está controlada al mínimo detalle.

Mbappé tuvo la idea de crear la asociación en 2018, tras aparecer en la portada de la revista Time, y la entidad vio finalmente la luz en 2020.

Los 98 estudiantes de secundaria, de distintos orígenes sociales, reciben apoyo en función de sus necesidades, para poder lograr sus objetivos, y además realizan numerosas actividades conjuntas en las vacaciones, en un intento de crear espíritu de grupo entre ellos.

«Unir a chavales del (acomodado) VI distrito (de París) y de la periferia es ya un éxito», destaca Lamari.

También explica que los jóvenes son buenos estudiantes, aunque algunos atraviesan «situaciones a veces difíciles» y se busca «echarles una mano suplementaria porque merecen recibir ayuda».

El programa ha seguido durante meses los recorridos vitales de varios de los chavales, desde una niña de doce años emigrante de Mali.

La asociación gasta cada año «millones de euros», según Lamari, aunque evita dar la cifra exacta. Y a ella va el 30 % de los beneficios de las empresas del jugador, así como aportaciones de algunos de sus patrocinadores.

Mbappé trabaja con ellos y realiza actividades con niños «con toda humildad», asegura su madre, que considera que la asociación ayuda a su hijo a mantener los pies en la tierra.

En Francia, los escolares de catorce años tienen que realizar una semana de estancia en una empresa, y el jugador explica que ese período lo hizo tras hacer una visita al Real Madrid. Su madre organizó esa estancia para que el joven Kylian limpiara clases escolares durante tres días. «En ese momento no lo entendí, aunque después sí», confiesa.

Preguntado por qué la fundación no apoya a más jóvenes, Mbappé señala de forma realista que lo que hay ahora «es un comienzo, quería crear algo sólido» y trabajar «en la medida de lo posible, aunque no se cierra más puertas para el futuro.

Sí explica que busca asegurar que la asociación funcione «después de mi madre y de mi», y que busca «dejar alguna cosa después de mi».

En el plano deportivo, recalca su sueño de disputar los Juegos Olímpicos de París de este año. «Sería una oportunidad extraordinaria», reconoce, aunque es consciente de que «no depende de mi, si mi club no quiere, lo entenderé».

A preguntas de la periodista, el jugador también aclara, para resolver las dudas de millones de franceses, que su apelllido no se pronuncia «embapé» sino «mbapé», haciendo una prenasalización con la primera letra. EFE