«En Honduras hay mucha enfermedad y pocas medicinas», señala Monseñor Lenihan en el Santo Viacrucis

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Tegucigalpa.- El arzobispo Miguel Lenihan lideró el viacrucis principal en San Pedro Sula, destacando la relevancia de la solidaridad y la esperanza en tiempos de sufrimiento.

Monseñor Lenihan también abordó los desafíos que enfrenta Honduras, como el desempleo y la migración, llamando a la construcción de un país con oportunidades para todos.

Subrayó la importancia de desarrollar los recursos naturales y humanos del país para generar empleo y ofrecer esperanza a los jóvenes, invitando a la participación activa en la construcción de una sociedad más justa y amorosa.

“Esperamos un país mejor, un país con calidez, con mucho empeño ya no queremos vivir esa situación de desempleo, tampoco de migración porque la gente migra por un lado porque hay miedo, hay inseguridad, pero también migra porque hay falta de empleo, hay sufrimiento”, subrayó.

“Esperamos que este país también sepa construir darnos fuentes de trabajo para que los jóvenes vean que no hay necesidad de salir sino que hay esperanza en Honduras”, añadió.

 En sus palabras, resaltó la continua presencia del sufrimiento de Jesucristo en el mundo actual y la necesidad de ayudar a llevar las cargas de los demás, en sintonía con el mensaje de Simón El Cirineo.

«Jesucristo sigue sufriendo en el mundo que vivimos», expresó Lenihan, instando a los presentes, tanto bautizados como autoridades, a unirse en la tarea de aliviar el sufrimiento ajeno. Haciendo referencia a la estación de Simón El Cirineo, hizo un llamado a que todos sean como «Cirineos» que ayuden a cargar las cruces de aquellos que sufren, inspirados en el sacrificio de Cristo en la cruz.

En sus declaraciones, monseñor Lenihan enfatizó la importancia de vivir la justicia y la solidaridad, siguiendo el ejemplo de amor y entrega de Jesús. Asimismo, recordó la esperanza que brinda la resurrección de Cristo, destacando que el sufrimiento y la cruz conducen eventualmente a la gloria.

Llamó a todos a vivir un mensaje cristiano pero que no se quede ahí, sino que crezca la esperanza, al tiempo que pidió participación en un año Sinodal, para afianzar la fe.

En conclusión, el arzobispo Lenihan enfatizó que hay un mundo de muchas armas, pero  la verdadera arma para transformar la sociedad es el amor de Jesús y el amor hacia los demás, reafirmando la necesidad de construir un país basado en el amor y la solidaridad.