Tegucigalpa.- La preocupación se cierne sobre los productores de palma africana en Honduras ante la embestida de un hongo implacable. La enfermedad, conocida como «pc», se está propagando implacablemente, afectando más de 200 mil hectáreas de palma en los departamentos de Colón y Atlántida.
Los cultivos de palma, que representan un pilar fundamental en la economía local, se encuentran bajo un asedio constante debido a la devastadora plaga.
La situación es especialmente inquietante, ya que esta plaga está poniendo en peligro las plantaciones que constituyen el sustento de al menos 20 mil pequeños productores en la región.
Ante este panorama crítico, los palmeros y representantes gubernamentales han unido fuerzas para encontrar soluciones efectivas. La magnitud del desafío exige la colaboración entre ambos sectores. Con el 30% de las plantaciones de palma aceitera afectadas por la pudrición del cogollo, la amenaza es innegable.
Esta enfermedad no solo afecta a los cultivos, sino que también tiene implicaciones económicas y sociales significativas para las comunidades que dependen de esta actividad agrícola.
La búsqueda de soluciones se ha vuelto imperativa. Los esfuerzos van desde la identificación de medidas preventivas y métodos de control hasta la búsqueda de variedades resistentes y prácticas de manejo más efectivas.
La preservación de la palma aceitera, esencial para la subsistencia de miles de familias, está en juego.
En definitiva, la lucha contra la propagación de la «pc» se ha convertido en una prioridad tanto para los agricultores como para el gobierno. El compromiso conjunto refleja la importancia de proteger este recurso vital y encontrar maneras de mitigar los estragos causados por la pudrición del cogollo en la industria de la palma africana en Honduras.