La percepción de nuestra vida varía conforme a la luz o la oscuridad que la envuelva, reflexiona monseñor Nácher

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Tegucigalpa – El arzobispo de Tegucigalpa, monseñor José Vicente Nácher, reflexionó en la homilía dominical que la percepción de nuestra vida depende de la luz o la oscuridad que nos envuelve.

En la fiesta de la transfiguración del Señor, el líder de la Iglesia Católica en Honduras refirió que existe una transformación real y eficaz al participar en la eucaristía, e hizo énfasis en que la transformación del mundo no es algo que se da sin más, sino que por nuestra propia conversión personal  y comunitaria.

“Así como la percepción de una habitación cambia conforme a la iluminación que tenga, así también la percepción de nuestra vida varía conforme a la luz u oscuridad que la envuelva”, dijo monseñor Nácher.

En otras palabras, explicó el prelado, “estamos aquí participando atentamente en la eucaristía dominical y al salir diríamos, al bajar del monte santo, aparentemente pocas cosas habrán cambiado fuera, pero sí muchas habrán cambiado dentro de nosotros”, dijo al invitar a ver, sin miedo, a Jesús en la comunión.

Ver a Jesús es como vernos a nosotros mismos, dijo al agregar que sin él estamos como ciegos, porque en ausencia de luz, no podemos ver siquiera lo más cercano.

El arzobispo finalizó su homilía señalando que al ver podemos ayudar a otros a ver, y no historias inventadas, sino la grandiosidad, el honor y la gloria de Jesús.