España vence 5-4 a Francia y enfrentará a Portugal en la final de la Liga de Naciones

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Tegucigalpa.- La firmeza de las fases finales exhibida por España para coronarse en la Eurocopa reapareció en un nuevo duelo de grandeza para tumbar al temible ataque de Francia, a la que minimizó con excelencia, con una goleada antes de levantar el pie, para citarse con Portugal en la final.

Intacta el hambre de gloria. Siempre con un nuevo objetivo que provoca que no se añore a referentes de la dimensión de Rodri y Carvajal. Con el reto de convertirse en la primera selección que conquista dos ediciones consecutivas de la Liga de Naciones, en juego con la Portugal del eterno Cristiano Ronaldo, España recuperó la identidad repleta de fortaleza de los partidos decisivos. Pese a sus minutos finales.

Si en las semifinales de la Eurocopa, hace once meses, remontaba a Francia en cuatro minutos, impulsada por una genialidad de Lamine Yamal, en la Liga de Naciones lo rebajó a tres para convertirse en rival a evitar. Por mucha intimidación que provocase juntar a dos de los jugadores del año, Dembélé y Doué, con Mbappé en un ataque vertical. España, con su identidad más que definida, juega de memoria.

Con Lamine Yamal cómodo ante la presión. Referente siempre. Atrayendo el marcaje de varios rivales en cada una de sus acciones. La herida francesa de la Eurocopa estaba por cerrar y Didier Deschamps cambió de plan. En el recuerdo el paso atrás que le dejó sin final se transformó en un planteamiento más atrevido. Intentó morder arriba y castigar con velocidad cualquier error. Se topó con Unai Simón, que exhibió firmeza.