Tegucigalpa.- En medio de indignación, dolor y lágrimas velan a Jaime Ramos Betancourt quien murió a manos de su propio hermano en la comunidad de Las Trojas, El Piligüin, departamento de Francisco Morazán.
Como buena persona y un hombre bien tranquilo, así será recordado Jaime Ramos, los presentes en el sepelio lloran este lamentable suceso que hoy enluta a una familia y comunidad entera.
Julio Cesar Ramos quien hoy está detrás de las rejas también amenazó a sus demás parientes de asesinarles, una de sus hermanas relató amargamente que no perdona a Julio por haberle quitado la vida a Jaime.
“Me siento afligido porque es última vez que miro a mi hijo, mientras que el otro está en la cárcel sé que lo voy a volver a ver… Era un muchacho que me ayudaba bastante, que Dios lo tenga en su seno”, dijo evidentemente triste don Santiago Ramos, padre de los dos hondureños.
Gloria Hernández, pareja del ahora occiso dijo con lágrimas en sus ojos que siempre lo recordará como un hombre tranquilo, respetuoso.
Autoridades policiales le dieron captura la mañana del domingo a Julio César Ramos quien ahora aguarda en una celda, mientras se le determina el proceso legal.
