La juventud hondureña enfrenta un panorama cada vez más limitado y desafiante, así lo advirtió este miércoles el economista Sergio Zepeda, director del Instituto de Investigación Económica de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), al señalar que emigrar o emprender se han convertido en las únicas opciones reales para miles de jóvenes en el país.
“La falta de oportunidades laborales y el cierre continuo de fuentes de empleo empujan a los jóvenes hacia una encrucijada: salir del país o intentar abrirse camino como emprendedores”, afirmó Zepeda durante una conferencia en Tegucigalpa.
Más de 100 mil jóvenes sin empleo
Según datos oficiales citados por el académico, alrededor del 11 % de los jóvenes hondureños se encuentran desempleados. Esto representa a más de 100 mil jóvenes actualmente en búsqueda activa de trabajo, sin éxito.
Zepeda subrayó que muchos de ellos, ante la ausencia de alternativas, optan por migrar—ya sea de forma regular o irregular—en busca de mejores condiciones de vida, incluso con título profesional en mano. Otros, con acceso a recursos limitados, intentan iniciar pequeños negocios, aunque sin garantías de sostenibilidad.
Emprendimiento como alternativa precaria
El experto recalcó que, si bien emprender es una salida digna, no todos los nuevos emprendimientos logran consolidarse debido a la falta de apoyo técnico, acceso a crédito, capacitación y un entorno económico adverso.
“La tasa de fracaso de los nuevos negocios es alta. Muchos jóvenes emprenden por necesidad, no por oportunidad, y eso los hace más vulnerables en el mercado”, advirtió.
Falta de datos y políticas públicas efectivas
Zepeda también lamentó la escasa disponibilidad de datos precisos sobre cuántos hondureños emigran o emprenden por falta de empleo, lo que limita la capacidad de diseñar políticas públicas focalizadas.
“La falta de información estructurada sobre estas dinámicas impide que el Estado genere respuestas eficaces. Urge una política nacional de empleo juvenil con enfoque integral y sostenible”, puntualizó.
En un país donde la juventud representa más del 60 % de la población, el panorama descrito por la academia refleja una crisis silenciosa que, de no atenderse, continuará alimentando los flujos migratorios y la economía informal.