Bogota – Las violentas manifestaciones contra la brutalidad policial en Colombia mutaron a intervenciones culturales de ciudadanos en las calles y en algunas de las instalaciones de la Policía que fueron incendiadas en los disturbios de los últimos días.
Según dijo este sábado el ministro de Defensa, Carlos Holmes Trujillo, tras reunirse con el presidente colombiano, Iván Duque, las protestas y actos vandálicos de los últimos días, que dejaron al menos 13 muertos en Bogotá y la vecina localidad de Soacha, fueron infiltradas por anarquistas y grupos como el Ejército de Liberación Nacional (ELN).
«Hay que señalar que el carácter organizado y sistemático de lo que hemos vivido recientemente es producto de las infiltraciones del ELN, de las disidencias de las FARC, de otros grupos con distintas denominaciones de anarquistas y terroristas que no hacen más que destruir la propiedad pública y la infraestructura ciudadana dedicada a la seguridad», aseguró Trujillo.
A pesar de las tensiones y con las aguas más calmadas, la cultura intentó convertirse en alternativa a la violencia en Bogotá y otras ciudades con grafitis, libros y música.
De esta forma, los Comandos de Atención Inmediata (CAI) de la Policía en los barrios bogotanos de La Gaitana y La Soledad se convirtieron en improvisados centros culturales y bibliotecas que sin embargo fueron desmantelados por el Escuadrón Móvil Antidisturbios (Esmad) en una jornada hasta el momento pacífica.
Expresiones culturales se vieron también en la caribeña Cartagena de Indias, donde decenas de personas salieron a manifestarse con tambores, protesta a la que se sumó el alcalde de la ciudad, William Dau, quien dijo a Efe que salió para garantizar que la jornada transcurriera de forma pacífica.
EN MEMORIA DE LAS VÍCTIMAS
Las violentas manifestaciones comenzaron el miércoles tras el escándalo desatado por las imágenes de video en las que se ve cómo dos policías abusan de la fuerza y del uso de una pistola eléctrica Táser en el arresto de Javier Ordóñez, un hombre de 46 años que, según la versión oficial, murió poco después en un hospital.
La indignación se transformó en una ola de violencia con el resultado de 13 muertos en «presuntos hechos de abuso policial» en los que además 72 ciudadanos fueron heridos con armas de fuego, según la alcaldesa bogotana, Claudia López.
Es por ello que organizaciones juveniles de la localidad de Suba, en el noroeste de Bogotá, se tomaron el destruido CAI de La Gaitana y lo convirtieron en «Centro Cultural Julieth Ramírez», nombre de una estudiante de psicología próxima a cumplir 19 años cuya familia dice que murió al ser alcanzada por una bala perdida cuando salió a encontrarse con una amiga pues no participaba en las protestas.
Una de las personas que participó en la intervención fue Andrés, un joven que dijo a Efe que el CAI «se ha resignificado como un espacio cultural, para la memoria en contra de la impunidad del asesinato de jóvenes que lastimosamente fueron masacrados por la Policía Nacional la noche del 9 de septiembre».
«Lo que decidimos las organizaciones juveniles de la localidad fue que para calmar los ánimos en este punto nos íbamos a tomar el espacio y convertirlo en una biblioteca popular en el que las señoras, los niños, los adultos mayores, pudieran confluir, realizar talleres, conversatorios, círculos de palabra y construir una biblioteca pública en este espacio», expresó.
RECUPERACIÓN DEL CAI
La fachada del CAI había sido pintada con mensajes como «Queremos paz y educación» y «En honor a los caídos», y tenía aproximadamente un centenar de libros exhibidos en la mesa principal, pero miembros del Esmad y otros uniformados llegaron hasta allí para retomar el control de la infraestructura y borrar con pintura los mensajes.
En esa labor los policías estuvieron acompañados por vecinos como José González, quien dijo que estaban recuperando «la seguridad de la zona» que, según afirmó, se ha visto muy afectada por el vandalismo, los saqueos y la violencia.
«Todo se salió de control, hubo vandalismo, fueron varios almacenes saqueados en el sector, todo se prestó para que nosotros saliéramos afectados como residentes», expresó a Efe.
PROTESTA EN CARTAGENA
En Cartagena de Indias universitarios convocaron este sábado una protesta a la que llegaron con tambores y música y en la que estuvo el alcalde Dau, quien dijo a Efe que su compromiso es con la gente y que participó de la manifestación por solidaridad «con el pueblo».
«Aquí vengo a asegurarme que todo salga bien, para que nos manifestemos pero sin violencia, en un estado pacífico porque no podemos permitir que vengan vándalos a infiltrarse, a dañar el esfuerzo que están haciendo los verdaderos manifestantes», expresó el mandatario local.
Entre los manifestantes estaba Daniel de Ávila, estudiante de Derecho de la Universidad de Cartagena, quien explicó a Efe que además del caso de Javier Ordóñez, la protesta en su ciudad fue por la muerte del joven Harold Morales, que según sus familiares murió a manos de la Policía el 24 de agosto.
«Hay demasiada indignación en el pueblo cartagenero por todo esto, porque nadie quiere que le maten a los suyos. El 24 fue Harold, hace una semana fue Javier (Ordóñez en Bogotá) y mañana puedo ser yo o puedes ser tú. ¿Quién nos defiende de los que nos defienden?», se preguntó.
CONVOCATORIA DE CLAUDIA LÓPEZ
La alcaldesa de Bogotá convocó para este domingo un concierto virtual por los jóvenes que complementará un «gran acto de perdón, reconciliación y justicia» en la capital colombiana.
«Proteger la constitucionalidad requiere perdón de las familias de los heridos y las víctimas, además una sanción y retiro de todos los miembros de la Policía que hayan usado de manera abusiva e indiscriminada armas de fuego; ellos deben defender la vida y la democracia, no agredirla», dijo López durante la activación del Consejo Distrital de Paz.
Igualmente hizo un llamado para que en sus casas los ciudadanos enciendan una vela en memoria de los fallecidos y hagan un cacerolazo en rechazo a la violencia policial.
«Usemos estos dos símbolos de la ciudadanía para expresar nuestra indignación pacífica y para honrar la vida como un derecho inviolable», concluyó López. EFE