Tegucigalpa, 19 nov (EFE).- El entrenador de Honduras, el uruguayo Fabián Coito, ha cerrado el 2019 con nota satisfactoria, al lograr la clasificación del país centroamericano a la Copa Oro 2021 con tres triunfos y un empate, además de haber puesto un pie en el hexagonal eliminatorio de la Concacaf para el Mundial de Catar 2022.
Coito fue anunciado el 14 de febrero como seleccionador de Honduras, después de tres ciclos con timoneles colombianos, Reinaldo Rueda, que clasificó a los «catrachos» al Mundial de Sudáfrica 2010, Luis Fernando Suárez al de Brasil 2014 y Jorge Luis Pinto, quien no pudo llevarlos a Rusia 2018.
Con Coito como nuevo estratega, Honduras también cerro un ciclo de transición de una oleada de jugadores que participaron en varias eliminatorias.
Ese es el caso de su capitán, Maynor Figueroa, un «caballo de hierro» que también jugó una década en Inglaterra y ahora lo hace en Estados Unidos, y Emilio Izaguirre, otrora figura y campeón con el Celtic, de Escocia, que volvió al Motagua, de donde saltó a Europa, ambos defensas que participaron en los mundiales de Sudáfrica 2010 y Brasil 2014.
Esa mezcla de dos veteranos y otros más jóvenes con roce internacional que juegan en Costa Rica, España, Estados Unidos, Italia, Portugal y Venezuela, han sido la materia prima con la que Coito inició este año su andadura con Honduras con el objetivo principal de llevarla al Mundial de Catar 2022.
Entre el 26 de marzo y el 17 de noviembre, la selección hondureña al frente de Fabián Coito jugó doce partidos, cinco amistosos y siete oficiales, de los que ganó seis, empató tres y perdió tres, en un proceso en el que ha convocado a más de 30 jugadores.
La base de la selección hondureña son los futbolistas que militan en el extranjero, quienes no han defraudado a Coito, un técnico que no habla de individualidades, sino de un colectivo que se llama Honduras, aunque no se ahorra elogios cuando considera que sus jugadores se lo merecen.
De los primeros tres partidos amistosos de Honduras con Coito en el banquillo, del 26 de marzo al 9 de junio, empató sin goles, de local con Ecuador, y de visita ante Paraguay, a lo que sumó la paliza, como visitante, de 7-0, que le propinó Brasil.
Luego, siempre en junio, Honduras participó en la Copa Oro, en Estados Unidos, en la que superó a Jamaica por 3-0, a El Salvador con 4-0 y perdió 0-1 ante Curazao, sin poder pasar a la segunda fase.
En septiembre, jugando de local, vapuleó por 4-0 a Puerto Rico y luego venció por 2-1 a Chile, en partidos que fueron amistosos.
Gradualmente la selección de Honduras se ha venido compactando y, aunque Coito considera que hay muchas cosas por seguir corrigiendo, llegó a la Liga de Naciones de la Concacaf con la idea de ganar en el grupo C los cuatro partidos contra Martinica y Trinidad y Tobago.
A raíz de lo cargado que resultaron los primeros dos juegos contra Trinidad y Tobago y Martinica, en octubre, que Honduras ganó por 2-0 de visita y 1-0 de local, respectivamente, Coito amplió la lista de jugadores, de 24 a 32, para los dos partidos restantes del 14 y 17 de noviembre.
Para el día 14, en Martinica, donde empató 1-1, Coito puso a jugar un equipo plagado de suplentes e hizo debutar a dos jugadores, que han venido teniendo buen desempeño en sus equipos en el torneo local Apertura. Los únicos veteranos en ese juego fueron Maynor Figueroa y Emilio Izaguirre.
De los 32 jugadores que Coito convocó para los últimos dos partidos, llevó 18 a Martinica y dejó 14, la base de la selección, entrenando a todo vapor en San Pedro Sula, para el encuentro con Trinidad y Tobago.
La estrategia de Coito le dio buen resultado a Honduras, que cerró en casa goleando por 4-0 a Trinidad y Tobago, un rival al que superó en todo en los dos juegos disputados.
Honduras cerró la primera fase de la Liga de Naciones sumando diez de doce puntos posibles, lo que además le dejará con buenos réditos en el ránking de la FIFA y como quinta en la Concacaf.
El próximo compromiso de Honduras en la semifinal de la Liga de Naciones de la Concacaf será en marzo de 2020.
De la mano de Coito, Honduras tuvo un pobre desempeño en la Copa Oro, pero se reivindicó en la Liga de Naciones, con lo que mantiene vivas las esperanzas de su afición de ver flameando su bandera azul y blanco en Catar 2022.
Si lo logra, sería el cuarto mundial al que asistirá el país centroamericano, desde que debutó en el de España 1982, con buen suceso. EFE