Tegucigalpa.- Los países de Centroamérica todavía tienen tiempo para prepararse frente a los desastres naturales, un desafío que requiere alianzas para la resiliencia climática, indicaron este martes expertos en un foro regional.
«Todavía hay tiempo, pero tenemos que hacerlo ya, creo que las comunidades, los gobiernos, las instituciones, la empresa privada todavía podemos hacer algo, tenemos que hacerlo ya, trabajar juntos para poder dar una respuesta más efectiva y estar mejor preparados», dijo a Efe la directora de Estrategia de Visión Mundial en Honduras, Karen Ramos.
Ramos participó en el foro «Preparados y Resilientes 365 días al año», auspiciado por la organización no gubernamental Visión Mundial en El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua.
Destacó, además, la importancia de «trabajar unidos» a nivel local, comunitario y regional, para que las comunidades «sean resilientes»
«Para que las comunidades puedan enfrentar estos eventos adversos deben estar preparadas en capacidades de cómo responder, adonde ir en caso de una emergencia», explicó.
ALIANZAS ESTRATÉGICAS
Señaló que en Centroamérica, con cerca de 48,5 millones de habitantes y altos niveles de pobreza, los más afectados por los desastres naturales son aquellos más vulnerables como niños, las mujeres, los discapacitados y las personas de la tercera edad.
Centroamérica, un territorio de 522.760 kilómetros cuadrados, debe capacitar a su población sobre el manejo de los riesgos y la importancia de la resiliencia ante los desastres, agregó Ramos.
«Hay que trabajar en la creación de procesos a largo plazo, en los medios de vida para que las familias que les permitan estar preparados económicamente para poder responder ante situaciones como estas (fenómenos)», enfatizó.
La experta de Visión Mundial instó a los países a crear «alianza» con todos los sectores, para asegurar «una respuesta integral a las familias y niños afectados» y prepararlos de manera resiliente.
Más de 10 millones de personas en Centroamérica resultaron afectados por las tormentas Eta e Iota, según cifras divulgadas por Visión Mundial.
RIESGOS CONTINUOS
La directora de Sostenibilidad de Visión Mundial en El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua, Vittoria Peñalba, dijo en el foro que Centroamérica se enfrenta continuamente a «riesgos y vulnerabilidades» que además son dinámicas.
Esas vulnerabilidades son «multidimensionales» y tienen el «potencial de fracturar la vida de las personas», subrayó Peñalba, quien afirmó que la pandemia de covid-19 ha «afectado profundamente» a la población.
Señaló que la pandemia ha sido «uno de los retos más grande» para Visión Mundial, ONG que ha apoyado en la mitigación de los contagios y fomentando también la prevención de la violencia en los hogares, la educación durante la emergencia y la seguridad alimentaria, entre otros.
El hambre en los cuatro países centroamericanos, conocidos como grupo CA-4, se ha «multiplicado» casi por cuatro en los últimos dos años, al pasar de 2,2 millones de personas en 2019 a cerca de 8 millones en 2021, debido a la crisis económica provocada por la covid-19 y eventos climáticos, destacó.
Del total de personas con hambre, 1,7 millones de personas se encuentran en la categoría de «emergencia» de inseguridad alimentaria y necesitan asistencia alimentaria urgente, añadió Peñalba.
ESCENARIO SIN PRECEDENTES
Por su parte, la secretaria ejecutiva del Centro para la Prevención de Riesgos por Desastres Naturales en Centroamérica y República Dominicana (Cepredenac), Claudia Herrera, indicó que la región ha enfrentado un «escenario sin precedentes, una amenaza sanitaria y alrededor de veinte fenómenos».
Destacó la importancia de poner en marcha procesos de reducción de riesgos frente a desastres naturales, así como la coordinación de ayuda humanitaria.
Herrera resaltó «el esfuerzo» de Visión Mundial para apoyar a los más vulnerables y anunció que el Cepredenac está articulando «esfuerzos» para vincular a la sociedad civil, para «lograr esa preparación y resiliencia a nivel comunitario, para aliviar el sufrimiento de las personas y reducir el impacto negativo de los desastres». EFE