Tegucigalpa.- Ante los constantes ataques productos de la extorsión, la dirigencia del transporte afirmó este sábado que sale más barato entregar los buses al crimen organizado y que estos les devuelvan algo para sobrevivir que continuar en la actual situación que rebasa la capacidad de pago.
Así lo manifestó Jorge Lanza, dirigente del transporte urbano en Honduras, quien pidió a las autoridades hondureños redoblar esfuerzos contra la ola extorsiva.
Afirmó que ya no tienen capacidad de pago y que consideran entregar los buses y recibir a cambio una parte del valor de la unidad, antes que continuar pagando varios pagos por extorsión.
Las valoraciones del dirigente del transporte urbano surgen luego que en las últimas horas se viralizó un video en el que se observa a un grupo de malvivientes que dispararon contra una unidad de transporte en la aldea Galeras, El Paraíso.
Lo que ellos quieren es dinero, pero nosotros ya no tenemos, sentenció Lanza quien también denunció que se ha dejado sola a la Policía Nacional en el combate de la extorsión.
La extorsión consiste en obligar con violencia o intimidación a otra persona a realizar u omitir un acto o negocio jurídico en perjuicio de su patrimonio o del de un tercero.
En ese sentido, grupos delictivos exigen a los transportistas cobros a cambio de seguridad y dejarlos operar en las rutas ya establecidas.
El actual problema, para los transportistas es que varios grupos imponen este pago y ya se convirtió en una problemática insostenible, por lo que en varias ocasiones han paralizado por días varias rutas.
Se debe crear una policía que se dedique únicamente a la investigación de este delito a fondo, recomendó Lanza.
Se deben atacar las nuevas técnicas -dijo- recientemente eran teléfonos extorsivos, hoy son disparos contra unidades, siempre evolucionan.
Es oportuno mencionar que la Policía Nacional ofrece una recompensa de 200 mil lempiras, a cambio de información que facilite la detención de delincuentes que dispararon contra la unidad del transporte de la ruta Guinope-Tegucigalpa.
Fuente: Proceso Digital
