Tegucigalpa- El Zoológico Metropolitano de Tegucigalpa, con 362 animales de 58 especies, permanece cerrado desde hace tres meses por la pandemia de la COVID-19, pero sus huéspedes «están bien» gracias al trabajo del personal que trabaja en el parque, informó este martes una fuente oficial.
«Desde que inició la emergencia -a mediados de marzo- no hemos dejado de trabajar ni un día, los animales están bien, sin problemas de alimentación, ni de otro tipo», dijo a Efe el director del zoológico, Javier Valenzuela.
Agregó que, sin saber de que se iba a declarar una situación de emergencia por la COVID-19, el personal del parque con anticipación elaboró un plan de trabajo que se ha venido ejecutando sin problemas, y se mantiene la idea de que por ahora siga cerrado.
Valenzuela explicó que los 24 empleados del zoológico, entre técnicos, personal de campo, cocineras, cuidadores y personal de seguridad, se han distribuido en dos grupos de 12 cada uno que trabajan cuatro días a la semana; el lunes, todos, en una reunión informativa y de directrices.
Luego, para evitar la aglomeración de personal, de martes a jueves trabaja un grupo, y de viernes a domingo el otro, para que a los animales no les falte nada, indicó Valenzuela, biólogo de profesión, quien entre 2010 y 2014 también fue director del zoológico.
LOS FELINOS, LOS QUE MÁS COMEN
De las 58 especies que tiene el sitio, ubicado en el Parque Naciones Unidas, al norte de Tegucigalpa (conocido también como Cerro El Picacho) los que más comen son los felinos, entre jaguares, pumas, tigrillos, ocelotes y jaguarundi, conocido como gato de monte, todos hondureños, y un león africano.
Al mes, los felinos consumen unas 1.500 libras (681,8 kilos) de tres tipos de carnes, dijo Valenzuela.
Cuando inició la pandemia, hubo un problema con el abastecimiento de comida para todos los animales, carnes, verduras y frutas, debido a que el proveedor no tenía un salvoconducto para movilizarse, a lo que se añadió que estaban cerrados los mercados y la procesadora de carnes de la capital hondureña.
La situación obligó, además, a «poner a dieta» a los felinos, con una alimentación de tres a cuatro días por semana, aunque en su vida natural eso es común para ellos porque no todos los días cazan.
La situación del zoológico, fundado en 1975, en otro extremo de la ciudad, y trasladado en 1979 a El Picacho, no empeoró porque el zoológico tenía una reserva de alimentos para los animales y luego se le consiguió el salvoconducto al proveedor, señaló el director.
Otro problema que tuvo el parque fue la carestía de agua a causa del intenso verano que vivió el país meses antes de la pandemia, pero la situación también se solventó con aporte del liquido por parte del Servicio Autónomo Nacional de Acueductos y Alcantarillados (Sanaa) y el Cuerpo de Bomberos.
ZIMBA, MICHO Y OKI ENTRE LOS MAS POPULARES
Algunos de los animales, entre mamíferos y aves, tienen su nombre y son de los favoritos entre el público, el que en condiciones normales visita el zoológico en mayor número el sábado y domingo.
Valenzuela indicó que entre sábado y domingo unas 5.000 personas visitan el zoológico, mientras que entre martes y viernes lo hacen por lo general estudiantes de escuelas y colegios.
El más imponente en el zoológico, que figura entre los más populares, es el solitario león Zimba, seguido de Micho, un jaguar; el jaguarundi Bruno, el ocelote Ricky y el avestruz Oki.
«Es agradable ver que estos animales entienden por sus nombres y corren cuando uno les llama, son como los perros o los gatos con sus amos en la casa», añadió Valenzuela.
EL ZOOLÓGICO SE MANTENDRÁ CERRADO
Aunque el pasado día 8 el Gobierno hondureño autorizó, de manera gradual, la recuperación económica del país, después de tres meses de confinamiento, Valenzuela dijo que el zoológico permanecerá cerrado al público el tiempo que sea necesario, hasta que se normalice la situación, para proteger a los animales y su personal.
El director del parque recordó que «lo más triste» para el zoológico ha sido un incendio de todo su bosque, en su mayoría de pinos, en 2010, que dejó cuatro animales muertos por asfixia del humo que inhalaron, mientras que otros sufrieron quemaduras en sus patas al agarrarse de las jaulas de alambre.
También recordó lo mejor que ha visto en el tiempo que lleva en el parque, la donación de 25 millones de lempiras (un millón de lempiras), por parte de Japón y Taiwán, para remodelar el parque.
El zoológico, que al año es visitado por estudiantes de unos 180 colegios, depende de la Secretaría de Recursos Naturales y Ambiente.
Su extensión es de 25,1 manzanas (unas 17,4 hectáreas), de las que hasta ahora se utilizan la mitad, aunque hay planes de expansión.
Valenzuela considera que por ahora el espacio es suficiente para el zoológico, aunque para un animal, como los mamíferos, siempre será pequeño cualquier espacio, porque en la naturaleza no tienen límites.
Entre algunos de los animales más recordados en el zoológico figura un oso grande, que murió hace varios años.
Su cuerpo fue donado al Departamento de Biología de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (Unah), donde lo hicieron taxidermia y está expuesto en el Museo de Historia Natural de la misma institución.
Por lo expresado por Valenzuela, todos los animales del modesto Zoológico Metropolitano de la capital hondureña están bien, relajados, sin estrés. Lejos de eso están muchos hondureños luego de tres meses de confinamiento por la COVID-19, que hasta ahora ha dejado 322 muertos y 9.178 contagiados. EFE