Viena – El programa nuclear iraní vuelve a causar tensiones entre Irán, Estados Unidos y el OIEA -la agencia nuclear de la ONU-, que exigió este miércoles «respuestas creíbles» de Teherán para explicar dudas sobre el origen de partículas de material fisible no declarado en la República Islámica.
El director general del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), Rafael Grossi, señaló ante la prensa en Viena que «Irán debe ofrecer información que sea técnicamente creíble».
«Esto no es un ejercicio académico. Nos tienen que explicar por qué encontramos lo que encontramos. Sus explicaciones no han sido satisfactorias», señaló el director general durante un receso de una reunión de la Junta de Gobernadores del OIEA, que se celebra esta semana en la capital austríaca.
«De lo contrario tenemos que preocuparnos sobre el contenido y el alcance de lo que nos cuentan (los iraníes)», advirtió Grossi.
El antiguo diplomático argentino hacía referencia a unas partículas de uranio de origen antropogénico encontradas en 2019 en un sitio del que Irán no ha informado como espacio de experimentos atómicos.
La delegación de EEUU criticó hoy en el pleno de la Junta como «absolutamente inaceptable» que Irán no haya resuelto en casi dos años el origen de estas trazas fisibles.
NUEVAS CENTRIFUGADORAS
Aparte de este asunto, Irán ha dado una nueva vuelta de tuerca a su desafío nuclear al introducir el pasado 14 de noviembre uranio en gas (UF6) en una cascada de 174 centrifugadores del tipo IR2m, de segunda generación, en la planta subterránea de Natanz.
Se trata de una nueva violación del acuerdo atómico de Viena, firmado en 2015 entre Irán y seis potencias: Rusia, China, Francia, Reino Unido, Alemania y Estados Unidos (que lo abandonó en 2018).
El propio Grossi informó hoy a los 35 estados miembro de la Junta de Gobernadores sobre esta medida iraní, que por el momento no constituye un «aumento significativo» del ritmo de producción de uranio enriquecido, un material de posible doble uso, civil y militar.
Sin embargo, las nuevas centrifugadoras tienen la capacidad de producir en menos tiempo más uranio enriquecido que las del tipo IR1, por lo que su uso está vetado por el acuerdo de 2015.
NUEVO INCUMPLIMIENTO IRANÍ
Se trata del más reciente incumplimiento iraní del tratado conocido como «Plan integral de acción conjunto» (JCPOA), abandonado en mayo de 2018 por al ahora saliente presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
El acuerdo limita el programa atómico de Irán para evitar que se pueda hacer a corto plazo con una bomba nuclear.
Todo ello a cambio del levantamiento de sanciones diplomáticos y alivios económicos, que están en entredicho por las nuevas sanciones de Estados Unidos, incluyendo un embargo petrolero contra Irán.
Para presionar a los países europeos del acuerdo, Teherán empezó a incluir el año pasado ciertos aspectos del JCPOA para conseguir las ventajas económicas prometidas.
El acuerdo permite a Teherán seguir usando 5.060 centrifugadoras de primera generación, aunque limita el almacenamiento del uranio enriquecido a un máximo 300 kilos, un nivel que Irán supera ahora unas doce veces, según el OIEA.
En su último informe sobre Irán, emitido la semana pasada, los inspectores de la ONU explican que los iraníes han comenzado con la instalación de una cascada de centrifugadoras del tipo IR-4, más moderna aún, aunque todavía no las de tipo IR-6.
Según recientes cálculos del Instituto para la Ciencia y la Seguridad Internacional (ISIS) de Washington, las tres cascadas con máquinas del tipo IR2m, IR-4 e IR-6 aumentarían la capacidad iraní de enriquecimiento de uranio en casi un 50 %.
El mismo instituto estima en un análisis sobre el último informe del OIEA, que Irán necesitaría ahora menos de seis meses para hacerse con suficiente uranio enriquecido para dos bombas.
POSIBLE ATAQUE DE EEUU
Las informaciones sobre las nuevas actividades no permitidas en Natanz llegan poco después de revelar el diario The New York Times que Trump quiso atacar la semana pasada a Irán, aunque sus asesores le disuadieron.
En la reunión en el Despacho Oval participaron el vicepresidente, Mike Pence; el secretario de Estado; Mike Pompeo, el secretario de Defensa en funciones, Christopher Miller; y el jefe del Estado Mayor, Mark Milley.
Todos ellos disuadieron al mandatario de lanzar un ataque militar contra instalaciones iraníes al considerar que esa agresión «podría escalar fácilmente a un conflicto más amplio» en un momento de incertidumbre política en EEUU.
El demócrata Joe Biden, ganador de las elecciones presidenciales de EEUU del pasado 3 de noviembre (que Trump sigue sin reconocer), expresó durante la campaña su deseo de reintegrar a Estados Unidos en el JCPAO, siempre y cuando Irán vuelva a cumplir todas sus obligaciones.
Grossi, por su parte, señaló hoy que todavía no ha tenido contacto con la oficina de Biden.
«No quisiera especular sobre una especulación, ya que dos especulaciones no hacen una verdad», concluyó el director del OIEA sobre un posible retorno de EEUU al JCPOA.EFE