Tegucigalpa.– Los autos, comprados y pagados con el presupuesto de 2023 a un precio que oscila entre los 10 y 12 millones de lempiras cada uno, están diseñados para desempeñar diversas funciones, desde el rescate de rehenes hasta operaciones contra el terrorismo.
Además, el uso de estos se extiende a operaciones antidisturbios, creación de perímetros de seguridad en eventos de alto perfil y asaltos en situaciones críticas, como grupos atrincherados en barricadas.
El secretario de Seguridad, Gustavo Sánchez, destacó las características clave de los ‘Black Mamba Sandcat’, describiéndolos como vehículos todo terreno capaces de transportar un equipo táctico de 11 personas.
Estos vehículos están equipados con cámaras de retroceso para facilitar la conducción, orificios diseñados para disparar desde el interior y cuentan con una torreta que permite un giro mecánico de 360 grados.
Black Mamba Sandcat es parte de una líneas de autos tácticos producidos por Transportadora de Protección y Seguridad (TPS Armoring), de México.
Su nivel de blindaje es B6, capaz de soportar disparos de metralletas como R-15, AK-47 y hasta calibre 50 milímetros, de acuerdo a un reportaje de la revista Más Seguridad.
De igual manera, entre las especificaciones estándar de estos vehículos blindados 4×4 se encuentran un motor turbodiésel V8, una transmisión de 10 velocidades y una altura aproximada de 2.75 metros. Además, la torreta superior posee protección para el tirador, sirena y altavoz, barra de luz LED, espejos eléctricos calefactables, y frente y cofre blindado.
Adicionalmente, los Black Mamba Sandcat están equipados con un sistema de aire acondicionado, extintor portátil, caja de fusibles para equipo, seguros de combate en las puertas, defensa delantera y trasera reforzada, y rines con llantas de grado militar.