Londres, 16 dic (EFE).- Decía Joaquín Sabina en una de sus canciones que uno no debe volver a aquel sitio que le ha hecho feliz, pero el Liverpool retornará varios meses después al Wanda Metropolitano, lugar en el que se coronó campeón, para medirse al Atlético de Madrid en los octavos de final de la ‘Champions’.
Será en la ida de esta ronda, como ha deparado el sorteo celebrado este lunes en la ciudad suiza de Nyon.
El Liverpool partirá como favorito en la eliminatoria, si no ocurre ninguna catástrofe de aquí a febrero. Lo hará porque es el vigente campeón de la competición y el conjunto más en forma del Viejo Continente.
A su reinado en Europa, coronado con la final en el Wanda ante el Tottenham, se ha unido por fin la dictadura en la Premier League. Después de treinta años sin ganar la liga, el club dirigido por Jürgen Klopp está más cerca que nunca del título.
Se erige en el liderato con catorce puntos de ventaja sobre el que a priori es su mayor rival, el Manchester City, y se mantiene invicto a punto de terminar la primera vuelta de la competición.
La estructura ideada por Klopp es una máquina casi perfecta.
El tridente arriba no tiene ninguna discusión, con Sadio Mané, Mohamed Salah y Roberto Firmino, que ya han habiendo treinta goles entre los tres. De sus genialidades depende la gran parte del juego de ataque del Liverpool, que cuenta en el banquillo con recambios que han dado sus frutos como Divock Origi, héroe en las pasadas semifinales ante el Barcelona, y Xherdan Shaquiri.
En el centro del campo, una lesión de Fabinho ha permitido brillar a Naby Keita, que hasta ahora estaba actuando con un rol de suplente. El capitán Jordan Henderson y Giorginio Wijnaldum son las otras dos patas de ese característico 4-3-3 que monta Klopp.
Alex Oxlade-Chamberlain y el multiusos James Milner espera su momento en el banco.
En la defensa, no hay nadie que tosa a Virgil Van Dijk. Desde su llegada hace dos años, el holandés se ha convertido en uno los cimientos del equipo. Fuerte, alto y decisivo, Van Dijk es probablemente el mejor central del mundo, lo que hace incluso mejores a sus acompañantes en la defensa. Ni Joe Gomez, ni Dejan Lovren, ni Joel Matip alcanza el nivel del neerlandés, pero cumplen siempre y cuando Van Dijk esté al lado.
Los laterales son otra de las armas del equipo, con Andy Robertson por la izquierda y Trent Alexander-Arnold por la derecha. Dos puñales que llegan y mucho arriba y cuyas asistencias aprovecha el tridente.
Para rematar, el Liverpool cuenta con uno de los mejores porteros del mundo en la actualidad como Alisson Becker -premio Yashin al mejor guardameta de la pasada temporada-.
En general, el único peligro que pueden temer los ‘Reds’ son las lesiones y el apretado calendario que tienen y que puede perjudicar a sus futbolistas, porque al competir en cinco competiciones (Liga, Copa, Copa de la Liga, Liga de Campeones y Mundial de Clubes) es extraña la semana que no tengan que aguantar dos partidos, con jugadores como Van Dijk que lo han jugado absolutamente todo en Premier y Liga de Campeones.
El Liverpool probablemente sea el equipo más complicado que le podía tocar al Atlético y a su favor van a contar con la inercia del campeón y la vuelta en casa. A favor de los rojiblancos, la baza de no tener tanta presión y aquella advertencia de Sabina. «Al lugar donde fuiste feliz, no deberías tratar de volver». Pero Sabina no es del Liverpool, sino del Atlético. EFE