Tegucigalpa.- Diariamente, entre 700 y 750 compatriotas deciden abandonar el territorio nacional cada 24 horas, porque sus intentos por encontrar un empleo resultan fallidos y es una de las principales causas de la emigración irregular de hondureños hacia Estados Unidos.
Se interpreta que unos 30 hondureños se van cada 60 minutos desarraigados de sus hogares con destino a Estados Unidos, con el solo propósito de sostener su familia y salir de la pobreza.
Este grupo de excluidos perdieron todas las esperanzas de tener una vida digna en su propio país, porque encuentran todas las puertas cerradas.
Siete de cada diez compatriotas no han podido insertarse en un puesto formal, en ese mismo cuadro de estadísticas, se obtiene que siete de cada diez hondureños en edad de trabajar están desalentados.
La imposibilidad de las autoridades en las distintas administraciones gubernamentales de garantizar el derecho de la población a un medio de sustento, ha provocado la expulsión de los connacionales hacia tierras norteamericanas.
El crecimiento del flujo de emigrantes es una demostración de la incapacidad que ha predominado en las distintas administraciones para crear un clima favorable a la inversión de capital, que es un requisito sin el cual no puede haber generación de trabajos.
Los expertos concluyen que a las autoridades del país no les ha importado mucho dar una respuesta a las demandas de la población, lo cual se explica porque los emigrantes hondureños son los que sostienen la economía del país.
Las remesas constituyen cerca del 30 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) del país cada compatriota que se va del país y logra traspasar la frontera de Estados Unidos envía alrededor del 15 por ciento de sus ingresos.
En contraste con 2020, el monto remitido por los hondureños se incrementó en alrededor de 25 por ciento. El monto pasó de 5,700 millones de dólares a 7,200 millones de dólares en 2022. TuNota