
Tegucigalpa. – Las dos principales ciudades de Honduras, San Pedro Sula y Tegucigalpa, que en su momento figuraron entre las primeras diez ciudades más violentas del mundo, ahora salen del ranking de las 25 urbes con más índices de homicidios al ubicarse en las posiciones 34 y 30, respectivamente, según el último informe de la organización no gubernamental mexicana Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal.
El informe del Consejo Ciudadano, que se presenta en abril de cada año, se realiza en base al número de homicidios registrado en los últimos 12 meses, la población con que cuenta la urbe y el número de muertes por cada 100.000 habitantes.
En la actualidad, San Pedro Sula es la ciudad número 34 en el ranking mundial, pero el año anterior se encontraba en la posición 15, lo que refleja un gran avance, mientras que el Distrito Central pasó de la ubicación 33 en 2019 a la 30 en 2020.
En el conteo de las 50 ciudades más peligrosas del mundo, 42 son de América Latina y las primeras seis pertenecen a México, el país que más regiones tiene en el cuadro, con 18, seguido por Brasil con 11, Venezuela con 6 y Estados Unidos con 5, entre otros de los países mencionados, dijo José Antonio Ortega, del Consejo Ciudadano, al diario Expansión Política de México.
Ortega destacó que San Pedro Sula, luego de figurar por cuatro años en el listado, hoy apunta a alejarse cada vez más de los puestos de clasificación con tendencia al alza en la tasa de homicidios por cada 100.000 habitantes.
Hoy, en su participación virtual en la XXVII Cumbre Iberoamericana, el presidente Hernández destacó que “dejamos de encabezar esa dolorosa lista de violencia, que más que una lista representó una de las épocas más oscuras de toda nuestra historia”.
Esa, dijo Hernández, fue “una época en donde teníamos la más alta tasa de homicidios, de 87 por cada 100.000 habitantes, donde la droga circulaba del sur al norte del continente sin límite, donde la Policía Nacional y otras instituciones del Estado y de la sociedad en general fueron infiltradas por el narcotráfico”.
“Logramos reducir la inseguridad con el trabajo de toda una sociedad y países amigos, de hombres y mujeres valientes que expusieron su vida para cambiar esta historia; hoy no somos el país más violento del mundo”, añadió.
“Justo ayer veíamos cómo las ciudades de Honduras ya no encabezan la lista de las más violentas; hoy tenemos una Policía depurada que es apreciada por su población. En consecuencia, existe menos violencia y esta ya no es de las principales causas de migración del país”, puntualizó.
