Ginebra – El retorno a las políticas de austeridad que predominaban antes de la pandemia reducirá el crecimiento anual de la economía global en un 1 por ciento y aumentará en un 2 % la tasa de desempleo mundial hasta 2030, advierte hoy un informe económico de la ONU, que invoca a no seguir este camino.
«Se avecina una década perdida. Los modelos de simulación indican que un retorno rápido a la austeridad propiciaría un círculo vicioso de baja generación de empleo, estancamiento de salarios, de bajo crecimiento económico y de fuerte presión sobre los presupuestos públicos», afirma en su estudio el organismo de la ONU para el Comercio y el Desarrollo (UNCTAD).
Los economistas del organismo propugnan que la comunidad internacional acepte alivios de deuda y venza las resistencias que existen a inyectar la liquidez que se necesita en estos tiempos de crisis, así como a poner freno a los acreedores privados en las negociaciones de deuda soberana.
Si estos pasos no se dan, el organismo anticipa que «las cosas empeorarán», en un escenario en el que ya se prevé una contracción del 4 % de la economía global este año y un déficit de 6 billones de dólares en la producción mundial.
La caída de la producción será más grave en los países desarrollados, con algunos países que registrarán un declive de hasta dos dígitos.
El comercio mundial seguirá el mismo camino, con una contracción estimada de un 20 % este año, aunque las inversiones directas extranjeras tendrán un resultado todavía peor, con una reducción prevista del 40 %, recuerda la UNCTAD.
Las remesas, otra fuente esencial de ingresos para muchos países en desarrollo, se reducirán hasta en 100.000 millones de dólares.
Todas estas previsiones contrastan de manera dramática con lo que se proyectaba hace un año, cuando se contaba con que este 2020 las grandes economías emergentes liderarían una economía mundial en crecimiento.
Para los expertos de la UNCTAD, las medidas que podrían vigorizar el crecimiento en la próxima década consisten en importantes inversiones públicas, con apoyo y coordinación internacional, en esquemas de deuda sostenible y en una distribución más justa de los ingresos.
El informe recuerda que si estamos frente a una década perdida o no dependerá de las políticas que los gobiernos adopten, dependiendo del nivel de desarrollo de sus propias economías.
A los países de economías avanzadas se les recomienda mantener el gasto todo el tiempo que sea necesario hasta que el sector privado recupere la confianza para gastar, pero sin olvidar a los países en desarrollo, a los que insiste hay que proveer de ayuda financiera.
Asimismo, la UNCTAD defiende la utilidad de transferencias de efectivo, por ejemplo bajo la forma de un ingreso básico universal que permita sostener la demanda y reducir las desigualdades, particularmente en los países pobres. EFE