Tegucigalpa – Durante su intervención en la 79 Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas (ONU), la presidenta de Honduras, Xiomara Castro, expresó que se siente amenazada por las mismas fuerzas del capital que hace 15 años llevaron a cabo el golpe de Estado contra el presidente Manuel Zelaya. “Esta nueva conspiración la denuncié en las calles durante las masivas concentraciones del pueblo el 14 y 15 de septiembre, días de nuestra independencia”, afirmó Castro.
La mandataria culpó al capitalismo global por ser el principal destructor de los recursos naturales y por oprimir las condiciones de vida de la humanidad. Asimismo, indicó que entregó al secretario general de la ONU un nuevo borrador de un convenio para luchar contra la corrupción y la impunidad en Honduras.
Castro también pidió la suspensión de los embargos a Cuba, Nicaragua y Venezuela, así como el fin del genocidio del pueblo palestino. “Me amenazan porque he impulsado cambios estructurales del modelo económico y denunciado el injusto régimen tributario que perpetúa desigualdades”, enfatizó, subrayando que la paz, la justicia, la libertad y la democracia son valores fundamentales que no deben ser secuestrados por unas pocas familias poderosas en Honduras.
La presidenta hondureña denunció las prácticas coloniales que continúan imponiéndose en el país y criticó a los poderes supranacionales y algunas empresas multinacionales que, según ella, representan a élites corruptas que buscan incrementar su capital a expensas del bienestar del pueblo.
Castro recordó que la globalización ha fracasado en su misión de generar prosperidad, evidenciando en cambio una creciente concentración de la riqueza en manos de unos pocos, mientras que la clase trabajadora es relegada y obligada a migrar. “Los tratados de libre comercio impuestos vulneran nuestra soberanía y las posibilidades de competir en igualdad de condiciones”, añadió.
Entre los logros de su administración, Castro destacó la construcción del ferrocarril interoceánico entre Puerto Castilla y Puerto de Amapala, así como una reducción de 12 puntos porcentuales en la pobreza y una disminución histórica de 15 puntos en los homicidios. También condenó el asesinato del ambientalista Juan López y aseguró que se utilizarán todos los recursos disponibles para investigar el crimen.
Al final de su discurso, Castro reclamó el fin del embargo contra Cuba, señalando que es un bloqueo inhumano que ha durado más de seis décadas. Enfatizó la importancia de solidarizarse con el pueblo haitiano y concluyó su intervención haciendo suya la famosa frase de Berta Cáceres: “Despertemos humanidad, todavía estamos a tiempo, que este sea un llamado de nuestra generación”.