Pandemia vulnera los derechos de niños hondureños y aumenta trabajo infantil

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EFE

Tegucigalpa – La pandemia de la COVID-19 ha agudizado la compleja situación de la niñez en Honduras al vulnerar derechos como a una vida libre de violencia y la educación, y aumentar la pobreza, lo que podría duplicar el trabajo infantil, que ya afecta a más de 400.000, alertaron este martes Plan Internacional y Casa Alianza.

La representante de Plan Internacional Honduras, Verónica Zambrano, dijo a Efe que la COVID-19 va a “complicar más la pobreza” en el país, donde el 70 % de la población vive de lo que gana día a día y se enfrenta a la doble tragedia de arriesgar su salud o ver perjudicados sus ingresos, lo cual “afecta directamente a la niñez”.

Dijo que el número de personas contagiadas de COVID-19 en Honduras es “muy alto”, 68.620 desde marzo pasado, de ellos el 6,16 % (4.229) son niños, según cifras oficiales.

La pandemia del coronavirus SARS-CoV-2 “llega y ataca a los más pobres, los más marginados de todos los rincones del país”, señaló Zambrano, que lamentó la muerte de 2.087 personas como consecuencia de la enfermedad debido al “frágil” sistema sanitario de Honduras.

En el contexto de la pandemia, las condiciones de vida en Honduras han «empeorado» siendo las niñas y niños los más afectados, pues sus derechos fundamentales como a vivir libres de violencia, la salud y acceder a la educación se han visto «vulnerados», enfatizó.

El cierre de las escuelas como parte de las medidas de emergencia para enfrentar la pandemia ha puesto en evidencia las desigualdades y carencias que afectan a miles de niños en Honduras a la hora de estudiar.

Muchos niños hondureños carecen de un computador y una conexión a internet que pueda ser usada con fines educativos y otros, inclusive, no pueden estudiar porque la crisis económica los obligó a trabajar o pedir dinero o comida en las calles.

Más de un millón de niños de entre 5 y 17 años ya estaba fuera del sistema educativo y en el marco de la pandemia más de 2,5 millones de menores no tienen acceso a la educación en Honduras, país con 9,3 millones de habitantes, de ellos el 67 % vive en pobreza, de acuerdo con datos citados por Plan Internacional.

VIOLENCIA Y EMBARAZOS ADOLESCENTES

El derecho a vivir libre de violencia es otro de los más violados en Honduras, país donde la violencia «se ha duplicado» porque el confinamiento ha aumentado la «frustración, la angustia y el dolor» de las personas, indicó Zambrano.

Honduras, que este año reporta 2.297 homicidios y una media diaria de 8,9 muertes violentas, lamentablemente es un «país violento» por patrones culturales.

A la funcionaria de Plan también le preocupa los embarazos precoces, que van en aumento en Honduras, con un 50 % originados en violaciones, muchas de ellas por sus familiares.

Tres niñas dan a luz cada día en Honduras, que tiene una tasa de embarazos infantiles del 34 %, una cifra que «nos duele, nos conmueve, tenemos que cambiarla y tiene que indignarnos», subrayó Zambrano.

«Podemos concluir que los derechos de niños y niñas en la pandemia se han visto absolutamente vulnerados (…) los niños tuvieron que cambiar esa escuela que no necesariamente siempre les da la mejor educación de calidad por una casa violenta y donde a las niñas se les dijo que van hacer trabajo infantil doméstico», explicó.

ALZA SIGNIFICATIVA DEL TRABAJO INFANTIL

Honduras se enfrenta hoy también no solo a los efectos económicos que deja el coronavirus sino también a la amenaza de que la pandemia empeore el trabajo infantil, fenómeno que previo a la emergencia afectaba a más de 400.000 niños en el país.

«Hay proyecciones que indican que eso (trabajo infantil) se va a duplicar, incluso se dice que hay ya 15.000 niños en condición de mendicidad» en Honduras, donde la edad mínima para labores se sitúa legalmente en los 16 años, pero el adolescente sólo puede trabajar fuera del horario escolar y no más de seis horas al día, enfatizó Zambrano.

Los infantes se desempeñan como agricultores, sirvientes, comerciantes, recolectores de basura, mineros o pescadores, lo cual constituye “una violencia» de sus derechos y se «les niega el derecho más importante, el ser niños», añadió.

La funcionaria de Plan lamentó que en el contexto de la pandemia se «han recargado» las labores domésticas no remuneradas a las mujeres y niñas, y abogó por «democratizar» esas actividades en el hogar.

Coincide con ello el director de Casa Alianza en Honduras, José Ruela, quien dijo a Efe que la falta de acceso a educación y salud y la pobreza que afecta a la niñez era «ya un problema muy fuerte» en el país previo a la pandemia.

Con la llegada del coronavirus se ha «profundizado» la pobreza, la explotación infantil, la violencia contra los menores, subrayó Ruela, que indicó que el país no cuenta con una «estrategia adecuada para el abordaje diferenciado» de acuerdo a las necesidades de la población.

La enfermedad también ha causado «más deserción escolar, menos acceso a centros de salud, a medicamentos y protección, y hay más explotación infantil y habrá mayor migración», subrayó.

Honduras necesita un «gobierno legítimo y que asuma su responsabilidad» para garantizar la educación, la salud, la protección de la niñez, enfatizó Ruela, quien señaló la pandemia también deja un aumento de la violencia y la mendicidad. EFE

La representante de Plan Internacional Honduras, Verónica Zambrano, dijo a Efe que la COVID-19 va a “complicar más la pobreza” en el país, donde el 70 % de la población vive de lo que gana día a día y se enfrenta a la doble tragedia de arriesgar su salud o ver perjudicados sus ingresos, lo cual “afecta directamente a la niñez”.

Dijo que el número de personas contagiadas de COVID-19 en Honduras es “muy alto”, 68.620 desde marzo pasado, de ellos el 6,16 % (4.229) son niños, según cifras oficiales.

La pandemia del coronavirus SARS-CoV-2 “llega y ataca a los más pobres, los más marginados de todos los rincones del país”, señaló Zambrano, que lamentó la muerte de 2.087 personas como consecuencia de la enfermedad debido al “frágil” sistema sanitario de Honduras.

En el contexto de la pandemia, las condiciones de vida en Honduras han «empeorado» siendo las niñas y niños los más afectados, pues sus derechos fundamentales como a vivir libres de violencia, la salud y acceder a la educación se han visto «vulnerados», enfatizó.

El cierre de las escuelas como parte de las medidas de emergencia para enfrentar la pandemia ha puesto en evidencia las desigualdades y carencias que afectan a miles de niños en Honduras a la hora de estudiar.

Muchos niños hondureños carecen de un computador y una conexión a internet que pueda ser usada con fines educativos y otros, inclusive, no pueden estudiar porque la crisis económica los obligó a trabajar o pedir dinero o comida en las calles.

Más de un millón de niños de entre 5 y 17 años ya estaba fuera del sistema educativo y en el marco de la pandemia más de 2,5 millones de menores no tienen acceso a la educación en Honduras, país con 9,3 millones de habitantes, de ellos el 67 % vive en pobreza, de acuerdo con datos citados por Plan Internacional.

VIOLENCIA Y EMBARAZOS ADOLESCENTES

El derecho a vivir libre de violencia es otro de los más violados en Honduras, país donde la violencia «se ha duplicado» porque el confinamiento ha aumentado la «frustración, la angustia y el dolor» de las personas, indicó Zambrano.

Honduras, que este año reporta 2.297 homicidios y una media diaria de 8,9 muertes violentas, lamentablemente es un «país violento» por patrones culturales.

A la funcionaria de Plan también le preocupa los embarazos precoces, que van en aumento en Honduras, con un 50 % originados en violaciones, muchas de ellas por sus familiares.

Tres niñas dan a luz cada día en Honduras, que tiene una tasa de embarazos infantiles del 34 %, una cifra que «nos duele, nos conmueve, tenemos que cambiarla y tiene que indignarnos», subrayó Zambrano.

«Podemos concluir que los derechos de niños y niñas en la pandemia se han visto absolutamente vulnerados (…) los niños tuvieron que cambiar esa escuela que no necesariamente siempre les da la mejor educación de calidad por una casa violenta y donde a las niñas se les dijo que van hacer trabajo infantil doméstico», explicó.

ALZA SIGNIFICATIVA DEL TRABAJO INFANTIL

Honduras se enfrenta hoy también no solo a los efectos económicos que deja el coronavirus sino también a la amenaza de que la pandemia empeore el trabajo infantil, fenómeno que previo a la emergencia afectaba a más de 400.000 niños en el país.

«Hay proyecciones que indican que eso (trabajo infantil) se va a duplicar, incluso se dice que hay ya 15.000 niños en condición de mendicidad» en Honduras, donde la edad mínima para labores se sitúa legalmente en los 16 años, pero el adolescente sólo puede trabajar fuera del horario escolar y no más de seis horas al día, enfatizó Zambrano.

Los infantes se desempeñan como agricultores, sirvientes, comerciantes, recolectores de basura, mineros o pescadores, lo cual constituye “una violencia» de sus derechos y se «les niega el derecho más importante, el ser niños», añadió.

La funcionaria de Plan lamentó que en el contexto de la pandemia se «han recargado» las labores domésticas no remuneradas a las mujeres y niñas, y abogó por «democratizar» esas actividades en el hogar.

Coincide con ello el director de Casa Alianza en Honduras, José Ruela, quien dijo a Efe que la falta de acceso a educación y salud y la pobreza que afecta a la niñez era «ya un problema muy fuerte» en el país previo a la pandemia.

Con la llegada del coronavirus se ha «profundizado» la pobreza, la explotación infantil, la violencia contra los menores, subrayó Ruela, que indicó que el país no cuenta con una «estrategia adecuada para el abordaje diferenciado» de acuerdo a las necesidades de la población.

La enfermedad también ha causado «más deserción escolar, menos acceso a centros de salud, a medicamentos y protección, y hay más explotación infantil y habrá mayor migración», subrayó.

Honduras necesita un «gobierno legítimo y que asuma su responsabilidad» para garantizar la educación, la salud, la protección de la niñez, enfatizó Ruela, quien señaló la pandemia también deja un aumento de la violencia y la mendicidad. EFE