“No somos dueños de nada más que de nuestra libertad”, recuerda la Iglesia Católica

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Tegucigalpa.- En la homilía de este domingo, monseñor José Vicente Nácher, arzobispo de Tegucigalpa y presidente de la Conferencia Episcopal de Honduras (CEH), compartió profundas reflexiones sobre el significado del Adviento como preparación para la celebración de la Navidad.

El arzobispo destacó que el primer domingo de Adviento marca el inicio del tiempo dedicado a la Virgen María y su esposo San José, considerados la familia del primer Adviento y el manantial de donde brota toda esperanza. «Esperar bien es prepararse bien, porque no somos dueños de nada más que de nuestra libertad», expresó monseñor Nácher durante su mensaje.

Enfatizando la relación entre la calidad del Adviento y la calidad de la Navidad, el líder religioso instó a la comunidad a aprovechar las cuatro semanas previas a la festividad para sumergirse en la esperanza y el arrepentimiento. «La calidad de nuestra Navidad dependerá mucho de la calidad de nuestro Adviento», afirmó.

El arzobispo recordó a los fieles que, si bien no conocemos el momento exacto de su llegada, la certeza de que Cristo vendrá debe guiar nuestras vidas. «Esperanza significa dejar espacio a la sorpresa, incluso en este mundo de seguridades y cálculos», señaló.

En un tono crítico, monseñor Nácher abordó el papel de la tecnología en la actualidad, lamentando cómo esta puede privarnos de la capacidad de sorprendernos y disfrutar de la belleza del entorno. «Las máquinas no conocen la sorpresa», advirtió, haciendo hincapié en la importancia de reconocer nuestra humanidad en un mundo cada vez más dominado por la inteligencia artificial.

En este contexto, exhortó a la comunidad a no permitir que la tecnología guíe sus vidas de manera exclusiva, subrayando que las personas son capaces de creer, esperar y amar. «No somos una inteligencia artificial asignada en un cuerpo animal, somos personas humanas, con cuerpo, alma y corazón», defendió monseñor Nácher.

Finalmente, el arzobispo hizo un llamado a vivir el tiempo litúrgico del Adviento de manera vigilante, confiada y dispuesta, destacando su carácter sugestivo como preparación espiritual para la celebración de la Navidad.