Muere el exmundialista Roberto «El Macho» Figueroa en EE.UU.

0
1128
El exmundialista es uno de los máximos anotadores de la historia del Murcia con 53 goles en partidos oficiales. Foto: La Prensa

Tegucigalpa- El exmundialista Roberto ‘Macho’ Figueroa, uno de los mejores delanteros que ha tenido Honduras, que se caracterizaba por una potente pegada, murió al parecer el domingo en EE.UU. por un problema de salud asociado a la diabetes que padecía, informaron este martes amigos suyos en Tegucigalpa.

‘El Macho’, nacido el 14 de noviembre de 1958 en el sector de Coyoles Central, una zona bananera en el departamento Yoro, norte de Honduras, fue mundialista con su país en España 1982.

Honduras selló en noviembre de 1981 su pase al Mundial de España bajo la dirección de José de la Paz Herrera, uno de los mejores técnicos del país centroamericano, quien cuatro años más tarde no pudo repetir la hazaña en las eliminatorias para el Mundial de México 1986.

El otrora goleador hondureño trascendió como profesional en el equipo Vida, al que estuvo ligado desde 1977 hasta 1982.

A nivel de selecciones, también integró la juvenil que se clasificó en Puerto Rico para el Mundial de Túnez 1977, en la categoría sub’20.

En 1982, cuando Honduras inscribió su nombre por primera vez en un mundial mayor, fue traspasado al español Murcia, con el que luego, a fuerza de sus goles, ascendió a la primera división.

Figueroa ha sido uno de los máximos goleadores que ha tenido el Murcia, donde siempre le recuerdan. En una de las temporadas fue líder con 14 goles.

En España, después de su paso por el Murcia, también jugo de 1986 a 1988 con el Hércules. Luego retornó a Honduras y jugó una temporada en 1988 con el Motagua, de Tegucigalpa, uno de los cuatro mejores equipos de su país.

Después, ‘el Macho’ se fue a vivir a los Estados Unidos, donde se dedicó durante un tiempo a pintar casas en Atlanta.

Los últimos años los vivió en San Francisco, desde donde mantenía comunicación permanente con sus compañeros de selección en Honduras, la más reciente hace una dos semanas.

Jugadores y entrenadores coinciden en que los lanzamientos libres, representaban un verdadero peligro para defensas en la barrera y los porteros, cuando Figueroa le pegaba a la pelota, la que cogía velocidades de más de 100 kilómetros por hora.

BUEN JUGADOR, PERO MEJOR PERSONA

«El ‘Macho’ era un jugador muy bueno, pero era mejor persona», dijo a Efe en Tegucigalpa Héctor ‘Pecho de águila’ Zelaya, amigo y compañero de selecciones de Figueroa.

Agregó que desde que ‘Chelato’ convocó en 1980 a los jugadores para iniciar el proceso de clasificación al Mundial de España 1982, «‘el Macho’ trabajaba de manera incansable practicando los lanzamientos libres, ya fueran directos, con curva, por bajo, a media altura, a los ángulos. Perfeccionó su pegada y eso lo hizo ser un gran goleador, los extrañaremos mucho».

Zelaya recordó que con Figueroa compartía habitación en la sede de la concentración de Honduras, en las afueras de Tegucigalpa, durante el proceso de preparación para la eliminatoria del Mundial de España.

En ese mundial, Honduras sorprendió a propios y extraños empatando 1-1 con los anfitriones de la península ibérica, y contra Irlanda del Norte por el mismo marcador, y perdió 0-1 ante Yugoslavia.

«Roberto era muy querido en el país, pero no gozó mucho de eso aquí porque se fue a buscar mejor suerte en Estados Unidos», indicó Zelaya, autor del primer gol de Honduras en un mundial, ante España.

Subrayó que en la selección, ‘el Macho’ también «era muy querido por su sencillez, buen sentido del humor y buen amigo».

«Llegó a ser muy importante en la selección, definió muchos partidos, algunas veces sufrimos por los resultados, pero siempre confiábamos en él, teníamos mucha fe cuando el balón llegaba a sus pies, por su gran pegada», acotó Zelaya.

De la pegada del ‘Macho’, conocieron varios defensas a los que derribó de un pelotazo o porteros a los que les hizo goles desde el centro de la cancha, de mediana distancia o de penalti.

‘El Macho’ no era de esos jugadores que burlaba rivales con regates, pero dejarle pegar a la pelota no solo era un peligro para los porteros, sino también una advertencia que muchas veces se tradujo en golazos que quedaron como enmarcados en la retina de los hondureños. EFE

Foto: Cortesía