Lucha contra COVID-19 en Honduras entre limitaciones, más casos y descontento

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Una mujer es vista con su hijo mientras descansan después de salir de atención medica del Instituto Hondureño de Seguridad Social en Tegucigalpa. EFE/Gustavo Amador

Tegucigalpa- La pandemia de COVID-19 en Honduras ha dejado en dos meses 121 muertos y 2.080 contagiados, mientras que la lucha contra la enfermedad continúa con limitaciones en el sistema sanitario y el descontento de diversos sectores que aseguran que ha habido corrupción en algunas compras de equipo y material.

Los primeros dos casos confirmados con coronavirus, en dos mujeres que habían llegado de España y Suiza, fueron anunciados el 11 de marzo por el presidente hondureño, Juan Orlando Hernández, quien un día después declaró el «estado de emergencia sanitaria» por coronavirus, a la que siguió un toque de queda, que sigue en vigor.

Las dos mujeres contagiadas con el virus llegaron el 4 y 5 de marzo a San Pedro Sula y Tegucigalpa, las dos ciudades más importantes, y las que más casos registran de la mortal enfermedad.

EL PICO SIGUE CRECIENDO

Dos meses después de la confirmación de los primeros dos casos de coronavirus en el país y de haber sido declarada la emergencia, oficialmente no se sabe cuántos contagiados hay debido a las pocas pruebas que se practican a diario, menos de 600 la más alta, pero sí que los casos de enfermos y muertos cada vez son más.

El manejo de la pandemia refleja el deficiente sistema de salud, un problema de vieja data en un país que ha invertido mucho en defensa y seguridad, aunque sus ciudadanos viven atemorizados por la violencia criminal, que a diario deja entre diez y catorce muertos, aunque los homicidios se han reducido durante la pandemia.

Al coronavirus se suman otros flagelos como un brote de dengue clásico y hemorrágico, con unos 11.000 enfermos y una veintena de muertos en lo que va del año, lo mismo que el bajo nivel educativo del hondureño, la indiferencia, la negligencia y la estigmatización, dijo a EFE el científico hondureño, Marco Tulio Medina.

La pandemia se ha ido regando como pólvora por todo el país, aunque los departamentos de Cortés, norte, y Francisco Morazán, centro, donde se localiza Tegucigalpa, la capital, son los que más casos de contagios y muertos registran hasta la fecha.

SUPUESTA CORRUPCIÓN DURANTE LA EMERGENCIA

Para empeorar la situación, grupos de la sociedad civil como el Colegio Médico de Honduras, el Consejo Nacional Anticorrupción (CNA) y la iglesia católica, han venido denunciando supuestos actos de corrupción en la compra de materiales y equipo médico, entre otros, que habrían sido sobrevalorados, lo que rechazan fuentes oficiales.

Entre otras cosas, personal médico de hospitales en San Pedro Sula y Tegucigalpa con frecuencia se quejan de la falta de lo necesario para trabajar en la atención de los pacientes.

La falta del equipo para garantizarle seguridad a los médicos y enfermeras, les ha llevado a amenazar con paralizar labores.

Además, en el municipio de Villanueva, Cortés, que registra varios casos confirmados de la enfermedad, un hospital móvil no ha podido iniciar operaciones por varios problemas, como la falta de energía eléctrica, entre otros.

GOBIERNO ANUNCIA MÁS HOSPITALES Y PRUEBAS

El lunes, el presidente Hernández anunció que aumentará de 150 a 410 el número de camas en las unidades de cuidados intensivos (UCI) disponibles para luchar contra el virus, equipará 17 centros de aislamiento y se prevé realizar entre 2.500 y 3.000 pruebas diarias.

El país ha habilitado «17 centros de aislamiento», dijo el canciller hondureño, Lisandro Rosales, en una comparecencia de prensa, acompañado del presidente Hernández y otros funcionarios.

Rosales, comisionado para la atención de la emergencia por COVID-19, aseguró que el Gobierno «mejorará la capacidad del Estado» para realizar pruebas que permitan diagnosticar el coronavirus.

Añadió que las autoridades sanitarias implementarán «equipos de respuesta» que visitarán «casa por casa» para detectar el mal.

El viceministro de Salud, Roberto Cosenza, anunció la instalación de unidades de cuidados intensivos a través de los hospitales móviles adquiridos, por lo que las camas pasarán de 150 a 410.

EPIDEMIA ESTÁ EN FASE ASCENDENTE

El científico Marco Tulio Medina indicó que la epidemia «está en una fase ascendente con arriba de 2.000 casos y 110 muertos».

En su opinión, la cuarentena vigente «ha logrado aplanar la curva, a pesar de que hay algunos problemas para poder evaluar claramente la situación de Honduras, en vista del pobre número de pruebas que se han hecho día a día».

Agregó que hay dos indicadores, no necesariamente ligados a las pruebas que tienen que ver con el número de pacientes hospitalizados y en unidades de cuidados intensivos.

En ese sentido, señaló que las salas de los dos hospitales que atienden casos de coronavirus en Tegucigalpa «no están saturadas», pero que en los otros dos nosocomios de San Pedro Sula, «el número de pacientes sí ha llegado casi a saturar el sistema».

«A pesar de la debilidad del sistema de salud pública del país, se ha logrado atender a los pacientes que han padecido esta condición», añadió Medina.

La elevación de casos de coronavirus, según el científico, está ligado a la debilidad y vulnerabilidad de la economía hondureña, por parte de personas de la economía informal, que en buena parte, al ser vulnerables por la pobreza o extrema pobreza, tienen que salir de sus casas para conseguir sus alimentos.

«Esto ha provocado, particularmente en las últimas semanas, que las medidas de cuarentena no han sido tomadas de forma estricta por la población, debido a la necesidad de poder subsistir», enfatizó.

La otra cara del problema que Medina considera que es latente, es que el país pueda «entrar en una hambruna». EFE