Las cuarentenas no limitan la labor de la Unión Europea en Bruselas

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Ursula von der Leyen
La presidenta de la CE, Ursula von der Leyen. EFE

Bruselas, 30 ago (EFE).- La pandemia de coronavirus no detendrá la movilidad de los representantes políticos de las principales instituciones de la Unión Europea (UE) en el nuevo curso, pues podrán viajar sin restricciones a Bruselas tras el verano para desempeñar sus obligaciones profesionales y no deberán ponerse en cuarentena.

Las autoridades de Bélgica imponen una cuarentena de catorce días y la obligación de realizar una prueba PCR a los viajeros que llegan a su territorio procedentes de zonas designadas con un código rojo por su elevada cantidad de contagios de la COVID-19.

Sin embargo, esas reglas incluyen excepciones para diplomáticos, empleados de organizaciones internacionales como la Unión Europea o incluso periodistas cuando estén cumpliendo con sus cometidos profesionales.

Esas personas, si llegan a Bélgica desde un territorio «rojo», como es el caso de Madrid o Barcelona, y deben realizar un trabajo «esencial» o cuentan con un motivo «convincente», pueden romper la cuarentena, pero solo para llevar a cabo sus obligaciones profesionales.

Una circular que el Ministerio de Exteriores belga dirigió el pasado 29 de julio a las misiones diplomáticas y las organizaciones internacionales señalaba que la cuarentena de catorce días impuesta a los viajeros procedentes de países no pertenecientes a la UE o de zonas de riesgo dentro del club comunitario «no se aplica a personas con una función esencial, pero solo en el marco de las actividades estrictamente relacionadas con su función».

De hecho, añadía que los miembros de sus familias sí deben respetar la cuarentena. También constataba que cada embajada u organismo internacional tenía la opción de establecer medidas «más restrictivas» para sus empleados y visitantes.

NORMAS Y DIMISIONES

Fuentes de la Comisión Europea (CE) aseguran que, «como cualquier otro ciudadano», los comisarios «deben cumplir las leyes nacionales aplicables en su país de acogida».

Agregan que los comisarios deben respetar las normas relativas a «la integridad y la dignidad», y cumplir «los más altos estándares de conducta ética».

De hecho, el irlandés Phil Hogan presentó esta semana su dimisión como titular de Comercio en el Ejecutivo comunitario tras haber acudido a una cena en su país que no cumplía con las medidas de sanidad contra el coronavirus porque había más de 80 personas.

También se ha acusado al comisario de moverse entre condados donde se había decretado confinamiento y de ser detenido por la policía al volante mientras utilizaba el teléfono móvil.

La presidenta de la CE, Ursula von der Leyen, declaró tras la dimisión de Hogan que mientras Europa «pelea para reducir la expansión del coronavirus y los europeos hacen sacrificios y aceptan las dolorosas restricciones», espera de los miembros del colegio de comisarios que «sean especialmente cuidadosos con el cumplimiento de las normas y recomendaciones».

Desde el Consejo de la UE, que reúne a los ministros de los Estados miembros, recuerdan que de acuerdo con la normativa belga para las misiones diplomáticas y organizaciones internacionales, los miembros de las delegaciones nacionales que viajan a Bruselas para reuniones «esenciales» en el Consejo no están sujetos a las restricciones de viajes del Gobierno belga, incluida la obligación de ponerse en cuarentena si se viaja desde zonas «rojas».

No obstante, recalcan que solo las reuniones «esenciales» se están celebrando de manera presencial.

Añaden que en las instalaciones del Consejo se aplican «estrictos» protocolos de higiene, el distanciamiento social y normas sobre el uso de mascarillas.

Asimismo, no se permite entrar a los edificios de la institución a quien presente síntomas de la COVID-19.

ALEMANIA, MÁS ESTRICTA

Aunque la sede de esa institución comunitaria se encuentra en Bruselas, la presidencia rota entre los Estados miembros cada seis meses y, durante ese semestre, el país encargado organiza reuniones en su propio territorio.

En la actualidad, Alemania ocupa la presidencia y acoge en sus ciudades varias citas, como el encuentro de ministros de Exteriores de los Veintisiete celebrado esta semana en Berlín.

El enfoque germano difiere del belga pues no se aplican normas especiales para los ministros y sus delegaciones, sino que se siguen las reglas generales para quienes llegan de zonas consideradas de riesgo, como toda España con la excepción de Canarias.

Por tanto, se ha comunicado a los equipos nacionales por adelantado a través de un correo electrónico la necesidad de presentar un test negativo de coronavirus al llegar desde un área con gran cantidad de contagios.

Las autoridades sanitarias y regulatorias de la capital alemana pueden exigir a los participantes que aterrizan desde zonas de riesgo presentar una prueba negativa de COVID.

Además, el tamaño de las delegaciones se ha reducido al mínimo y sus miembros son muchos menos de lo habitual.

En cuanto a la Eurocámara, apuntan que, como sucede en Bélgica con los diplomáticos o los trabajadores transfronterizos, los eurodiputados también quedan excluidos de las restricciones temporales de viaje y de las cuarentenas al regresar de zonas «rojas», pero solo «para actividades esenciales directamente relacionadas con su función» como parlamentarios.

En ese sentido, fuentes de la Eurocámara detallan que la exención de cuarentena y de las limitaciones de viaje solo se aplica a los eurodiputados cuando ejercen su función política, pero no para actividades «no esenciales» o que no están relacionadas con sus obligaciones profesionales.