Tegucigalpa.- El Comisionado de la Policía Nacional, Miguel Martínez Madrid, ha alertado sobre el creciente problema de la venta y consumo del fentanilo en la isla de Roatán, Islas de la Bahía.
Según la información recabada, Roatán se ha convertido en un punto crítico para la venta y consumo de fentanilo, una droga que se ha ganado la reputación de ser mucho más potente que otras sustancias ilícitas.
El Comisionado Martínez Madrid, quien también ocupa el cargo de director de comunicaciones de la Secretaría de Seguridad, expresó su inquietud por la posibilidad de una epidemia de sobredosis en la isla debido a la potencia del fentanilo.
Aunque no se han encontrado laboratorios de producción en Honduras, Martínez Madrid informó que más de 4 mil ampollas de fentanilo han sido decomisadas, con un valor estimado de «125 mil millones de lempiras, casi un tercio del Presupuesto de la República».
Destacó que, actualmente, la droga se importa al país, pero su producción es sorprendentemente barata, con una dosis que se vende por tan solo 50 lempiras.
Expertos han confirmado que el fentanilo es 50 veces más potente que la heroína y 100 veces más fuerte que la morfina. El Comisionado advirtió que los consumidores de esta droga se vuelven personas discapacitadas que, en muchos casos, no podrán ser rehabilitadas.
La preocupación aumenta con la combinación de fentanilo con otras sustancias como cocaína, heroína y metanfetaminas, ya que incluso pequeñas cantidades podrían resultar mortales. Martínez Madrid destacó la necesidad de estar alerta, señalando que ya hay casos en Honduras de abuso de fentanilo, y la situación es crítica.
En relación con la histórica incautación de fentanilo el pasado 8 de noviembre, el Comisionado informó que la investigación continúa centrándose en la farmacéutica que solicitó la compra de fentanilo desde 2018, y que recién llegó al país una semana y media antes del decomiso.
Las consecuencias del fentanilo incluyen daño al sistema nervioso central, disminución de la frecuencia cardíaca y presión arterial.
Algunos consumidores experimentan euforia, pero la droga también provoca discapacidad, generando una seria preocupación sobre los impactos a largo plazo en la salud de la población afectada.
