Inmunólogos destacan que España está bien posicionada en vacunas para Covid-19

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EFE

Madrid – Expertos en inmunología han destacado que España está bien posicionada en vacunas para la infección por SARS-Cov-2 y, además, han señalado que la vacuna BCG de la tuberculosis podría tenerse en cuenta, para su aplicación a corto plazo, mientras se desarrollan las específicas de la covid-19.

El I Congreso Nacional COVID19 ha acogido una mesa redonda en la que inmunólogos han aportado su visión sobre la respuesta inmunitaria frente al SARS-CoV-2 y el estado actual del desarrollo de las vacunas.

La inmunóloga Margarita del Val, investigadora del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa (CSIC-UAM), ha destacado que España «está bien posicionada en vacunas para la infección por SARS-CoV-2 y que cuenta con una buena experiencia científica para su desarrollo, gracias al trabajo de un gran número de investigadores».

Del Val ha repasado los diferentes tipos de vacunas en desarrollo en el mundo y ha destacado, entre las más avanzadas, a las desarrolladas por Moderna, Astrazeneca y la Universidad de Oxford, y CanSino.

Estas vacunas «son seguras pero aún no sabemos los niveles de protección de los anticuerpos neutralizantes, ni los correlatos de protección necesarios para el virus», ha dicho Del Val.

«Tendremos que esperar al final de cada proceso para saber si tienen la eficacia deseada, estamos en un camino con incertidumbre, pero a la vez muy prometedor», ha afirmado.

Del Val ha destacado que el coronavirus que causa la covid-19 muta mucho menos que otros, diez veces menos que el de al gripe o cien menos que el del sida, lo que «facilita» el desarrollo de la vacuna.

Además, ha destacado el trabajo que desarrolla en España la Plataforma Temática Interdisciplinar en Salud Global, una iniciativa de colaboración público-privada que coordina a más de 330 grupos de investigación de 90 institutos del CSIC y que en la actualidad está trabajando en tres vacunas para la infección del SARS-CoV-2.

El científico titular del Instituto de Salud Carlos III Jordi Cano Ochando ha presentado los resultados de diversos estudios que evidencian la protección que la vacuna BCG (tuberculosis del bacilo de Calmette-Guérin) ofrece ante diversas infecciones respiratorias.

Dicha vacuna activa un fenómeno denominado inmunidad entrenada (una memoria inmune innata que existe en nuestro organismo que se activa frente a ataques exteriores), y podría tenerse en cuenta para su aplicación en el caso de la covid-19, cuando se confirme en ensayos clínicos.

Los resultados científicos de varios estudios «abogan por la vacunación con BCG para salvar el periodo a corto plazo hasta que se desarrolle y apruebe la vacuna para el SARS-CoV-2», ha dicho.

En algunos estudios poblacionales en países europeos se ha demostrado «una fuerte correlación entre el uso de la vacuna BCG y una reducción del 10% de la mortalidad».

Sin embargo, «se necesitan ensayos clínicos para estudiar los efectos de la BCG en la morbilidad y mortalidad debido a la infección por SARS-CoV-2″, y cuando se tengan los resultados, se podrá comprobar si proporciona una protección segura frente a la covid-19», ha indicado.

En la actualidad -ha dicho- se están realizando 21 ensayos clínicos en el mundo con BCG para SARS-CoV-2.

Cano-Ochando ha destacado el proyecto de la vacuna MTBVAC, liderado por el español Carlos Martín y que se centra en la activación de la inmunidad entrenada.

La presencia de los anticuerpos (IgM, IgG o IgA) en el organismo para neutralizar el SARS-CoV-2 ha sido otro de los temas abordados en la mesa redonda.

María Montoya, del Centro de Investigaciones Biológicas Margarita Salas (CIB-CSIC), ha puesto de manifiesto su importancia a la hora de diagnosticar y neutralizar el virus.

Los datos de los últimos estudios han demostrado que «existe una mayor presencia de los anticuerpos del SARS-CoV-2 en los pacientes que tienen la enfermedad en un estado más severo», pero hay que tener en cuenta que los anticuerpos pueden actuar de diferente manera, ha advertido Montoya.

«Los anticuerpos neutralizantes pueden unirse al virus y pueden provocar estados inflamatorios, por lo que es un proceso del que aún quedan preguntas por resolver», concluyó. EFE