Miami, 21 jul (EFE).- La COVID-19 sigue golpeando con dureza en Florida donde este martes se contabilizaron 9.440 casos y 134 muertes, pero en Miami, el epicentro de la enfermedad, la curva de contagios empieza a reducirse, según el alcalde de la ciudad, Francis Suárez, que por ahora descarta una nueva cuarentena.
«Lo que hemos implementado para reducir la curva está funcionando y necesitamos un poco más de tiempo antes de implementar una orden más drástica como una orden de quedarse en casa», señaló este martes Suárez en una rueda de prensa frente a la Alcaldía de Miami.
El alcalde explicó que en la ciudad se están registrando 62 contagios diarios, un dato que está muy alejado de los 125 que se dieron en el pico máximo, unas cifras que parecen haberse estabilizado también a nivel estatal donde el número de casos diarios quedó por debajo de los 10.000 por primera vez en una semana.
En las últimas 24 horas en el condado Miami-Dade se contabilizaron 2.522 contagios y 16 muertes que ponen la cuenta en 89.557 contagiados y 1.325 fallecidos desde el 1 de marzo .
El condado de Broward acumula 42.577 casos, de los cuales 517 han resultado fatales, y el de Palm Beach, 26.951 casos y un total de 701 fallecimientos.
POSICIONES ENCONTRADAS
Pese a la reducción de los contagios en los últimos días en Miami los ingresos en los hospitales han aumentado en un 60 % y en las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) en un 18 %, una situación similar que se vive en muchos de los centros sanitarios del estado y que es una de las principales preocupaciones de los expertos.
La jefa del programa de Prevención de Infecciones del Jackson Health System de Miami, Lilian Abbo, advirtió el lunes en una conferencia de prensa virtual que «de seguir con esta tendencia» el mes de agosto puede resultar «catastrófico» para Florida.
Abbo explicó que hay que reducir los contagios «antes de que llegue la temporada de influenza», que se extiende durante el otoño e invierno, ya que al juntarse con la pandemia y la temporada de huracanes «la situación podría empeorar».
Actualmente, las UCI en toda Florida se encuentran al 84,02 % de capacidad y un total de 9.436 personas están hospitalizadas en los centros sanitarios por coronavirus, según la Agencia para la Administración del Cuidado de la Salud.
Además, un total de 517 personas tuvieron que ser hospitalizadas en las últimas veinticuatro horas a causa del virus, lo que supone el récord de ingresos desde que el estado comenzó a monitorizar la enfermedad a principios de marzo.
Sin embargo, hay voces reclamando que «existe poco entendimiento a la hora de analizar los datos» y que ha provocado una sensación de que «Florida está perdiendo la batalla al coronavirus», como señaló el profesor de finanzas de la Universidad Atlántica de Florida (FAU), Rebel Cole.
«Necesitamos centrarnos en la muerte según la fecha del fallecimiento» en lugar de la fecha en la que se hizo el volcado de los datos, señaló Cole que ha analizado durante varias semanas las cifras que provee el estado.
Este experto aseguró que «las cifras no son fiables» y recomendó que los estudiantes deberían volver a las clases presenciales en otoño ya que se «está dañando a los que son más vulnerables económicamente».
AUMENTAN LAS MEDIDAS LOCALES
Por eso, Suárez mantiene sobre la mesa la posibilidad de una posible cuarentena en la ciudad ya que, según le aconsejaron los empresarios en una reunión el pasado viernes, en caso de decretarse «ahora sería el mejor momento para cerrar» y «debería hacerse junto al condado».
«Si íbamos a cerrar ahora sería el mejor momento porque estamos fuera de la temporada de diciembre durante la cual muchos de los turistas vienen a Miami y fuera del periodo escolar y los padres pueden sacrificarse para estar más tiempo con sus hijos», añadió Suárez.
El alcalde reiteró que esta «es una discusión que tienen cada día» y que muchos empresarios le advirtieron de que una nueva cuarentena «sería el cierre definitivo de sus negocios», por lo que hay que analizar «cómo afecta a miles de personas que son trabajadores de pequeños negocios y no podrán proveer a su familia».
La situación ha llevado a los Gobiernos locales a buscar diferentes fórmulas para frenar la expansión del virus en la Florida, como en la ciudad de Miami donde se han cancelado los campamentos de verano hasta nuevo aviso tras haberse detectado un caso en uno de los menores.
Suárez también dedicará un total de 39 agentes de policía que se encargarán exclusivamente de aplicar la ordenanza de llevar mascarilla en los lugares públicos y que a las personas reincidentes puede llegarles a costar hasta 500 dólares.
Además, el alcalde explicó que gracias a un trabajo conjunto con las autoridades del condado hay a disposición un total de 400 camas disponibles a través de un programa de aislamiento para evitar que personas contagiadas puedan transmitir el virus a personas de su mismo hogar.
En otros lugares como el condado de Monroe también están implementando limitaciones para frenar la expansión del virus y la comisión del condado decidió este martes que todos los alquileres vacacionales deben estar limitados a dos personas por habitación, entre otras medidas.