Excavación revela que hace 7.000 años ya existía economía ganadera en España

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Zaragoza (España).- Los hallazgos llevados a cabo en el yacimiento neolítico de la Cueva de El Trocs, una cavidad ubicada en el núcleo de San Feliu de Veri, en el municipio pirenaico de Bisaurri (Huesca, norte de España), evidencian que hace 7.000 años ya existía una economía ganadera en el Pirineo.

Así lo constató hoy la directora general de Patrimonio Cultural del Gobierno de la región, Marisancho Menjón, durante el transcurso de una visita a este yacimiento, declarado Bien de Interés Cultural desde marzo del año pasado, según informa el Ejecutivo.

Los arqueólogos constataron que los seres humanos que poblaron esta zona hace siete milenios habían desarrollado una cultura ganadera que les llevaba a combinar la estancia de los rebaños en los pastos de las tierras bajas durante el verano y su traslado a las zonas altas del Pirineo en el invierno, constituyéndose en la evidencia más temprana de este proceso trashumante en la Península.

Así, a juicio de los investigadores, este yacimiento ofrece a partir del estudio de los restos encontrados una información excepcional sobre los inicios de la ganadería trashumante en la Península Ibérica, hace 7.000 años.

Además, se han realizado estudios de fauna, que permitieron documentar la mayor variedad de restos ornitológicos hallada en la Península, así como referidos a las variedades de flora y al tipo de alimentación de los animales y de los seres humanos de la época.

En concreto, los expertos dataron y documentaron un episodio ocurrido en la cueva relativo a una matanza de seres humanos registrada en el sexto milenio a.C.

Els Trocs permitió documentar una secuencia de ocupación que abarca entre finales del sexto milenio y finales del cuarto milenio a. C., que muestra una extraordinaria riqueza tanto de cultura material como de fauna.

Unos hallazgos que se suman a la consecución de una secuencias completas de dataciones radiocarbónicas y analíticas detalladas relativas a fauna, vegetación, polen, fitolitos, sedimentología, antropología y ADN.

A juicio de las fuentes citadas, los abundantes estudios que se llevaron a cabo permitieron documentar un periodo que suscita un vivo debate científico a nivel internacional, el del trascendental paso de las sociedades cazadoras-recolectoras a las productoras, y, en este caso, a la temprana práctica de la ganadería.

En el caso de Els Trocs, se pudo analizar la transición del mesolítico al neolítico en el valle del Ebro y la posterior expansión o colonización de sus afluentes, tanto hacia el sur como hacia el norte, destacando la temprana colonización del Alto Pirineo, y el establecimiento, desde fecha tan temprana, de rutas trashumantes.

El yacimiento fue localizado por un arqueólogo español en 2009.

Los expertos fueron conscientes desde el primer momento de la importancia del yacimiento, un enclave neolítico completamente intacto y con un gran potencial arqueológico.

El resultado de los estudios que se llevaron a cabo en el yacimiento tuvo una amplia trascendencia en revistas de reconocido prestigio científico como el Journal of Archaeological Science, Nature, o Quaternary International, así como en congresos de ámbito regional y estatal.

Durante las sucesivas campañas de excavación se documentó una superposición de hogares y de suelos de habitación neolíticos, en donde se descubrió gran cantidad de material óseo correspondiente a los animales que eran de consumo humano, así como muchos fragmentos de cerámica y punzones y otros instrumentos óseos.

Todos estos elementos indican que la cueva fue habitada durante bastante tiempo y apuntan a que la ocupación pudo iniciarse en un momento en torno a finales del VI milenio a. C., es decir, en una fase de neolítico antiguo.

Tambiénaparecieron restos humanos correspondientes a varios individuos que evidencian que fue asesinado violentamente un amplio grupo de personas, con ensañamiento incluso después de producirse la muerte (5.300 a. C.).

Por otra parte, la colección de fauna y microfauna recuperada en las excavaciones va a permitir desarrollar estudios genéticos, tanto de la cabaña ovicaprina, como de otras especies, especialmente de los uros. EFE