Estados Unidos donará 500 millones de vacunas Pfizer a países con menos recursos

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Estados Unidos comprará y distribuirá en los países con menos recursos 500 millones de dosis suplementarias de la vacuna Pfizer contra el coronavirus, lo que elevará a 1.100 millones el número total de dosis que Washington promete donar, indicaron este miércoles altos responsables de la administración estadounidense.

Por otra parte, el presidente estadounidense Joe Biden quiere establecer un «objetivo ambicioso», por el cual cada país, incluyendo los más pobres, «alcance el 70% de vacunaciones» en su población dentro de un año, una propuesta que hará en una cumbre virtual que presidirá durante la jornada, precisaron esas fuentes.

El compromiso de Estados Unidos sería la pieza central de la cumbre global sobre vacunas que Biden celebraba de forma virtual este miércoles, en un aparte de la Asamblea General de Naciones Unidas, en la que esperaba presionar a las naciones acomodadas para que hagan más para controlar el covid-19.

El pedido estadounidense, según dos importantes funcionarios del gobierno de Biden que hablaron bajo condición de anonimato para comentar el discurso de Biden, elevará el compromiso total de vacunación de EE.UU. a más de 1.100 millones de dólares hasta 2022.

Al menos 160 millones de vacunas proporcionadas por EE.UU. se distribuyeron a más de 100 países, lo que supone más donaciones que las aportadas por el resto del mundo en total.

«Es un compromiso inmenso de Estados Unidos. Por cada dosis que administramos en este país hasta ahora, estamos donando tres dosis a otros países», dijo una funcionaria.

Las vacunas serán compradas a precio de costo y distribuidas mediante el mecanismo internacional Covax, según los responsables.

Covax, el programa respaldado por Naciones Unidas para enviar vacunas a todos los países, tuvo problemas de producción, desabastecimiento y se vio casi excluida del mercado de vacunas por los países ricos.

La OMS instó a las compañías que fabrican vacunas a priorizar a Covax y hacer públicos sus calendarios de entrega. También pidió a los países ricos que eviten grandes campañas de dosis de refuerzo para que los trabajadores de salud y personas vulnerables del mundo en desarrollo puedan acceder a los fármacos. Esas peticiones se vieron ignoradas en gran parte.