EE.UU. negocia un nuevo plan de alivio económico ante la gravedad de la pandemia

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EFE

Miami/Washington, 20 jul (EFE).- El presidente de EE.UU., Donald Trump, volvió este lunes a apuntar hacia China como responsable del «problema mundial» de la pandemia del coronavirus, cuando busca impulsar junto a los líderes republicanos un nuevo alivio económico para trabajadores y empresas.

Mientras las cifras de la COVID-19 no remiten en el país, que con 3,7 millones de contagiados y más de 140.000 fallecimientos es de lejos el más afectado por la enfermedad en el mundo, Trump se refirió a la situación como un «problema mundial», en un intento de desviar las críticas hacia su Administración.

Estados Unidos, que el domingo volvió a superar 71.000 nuevos casos, vive un repunte de los contagios en estados como Arizona, Florida y Texas, lo que llevó hoy al gobernante a anunciar que reanudará las sesiones informativas que interrumpió poco después de la polémica que originó en abril pasado tras insinuar que inyectarse desinfectante en el cuerpo podría servir para tratar el virus.

«Lo que está pasando es terrible, es terrible, pero este es un problema mundial», afirmó el gobernante, al agregar que cuando se ven las noticias locales «todo es sobre EE.UU.» y nunca sobre lo que sucede en el mundo.

«Pero mira a México, Brasil, muchos países de Europa, muchos países, de todo el mundo. Rusia, Rusia tiene un tremendo problema», aseguró Trump, quien insistió en que el virus «vino de China» y advirtió que aunque pudieron haberlo detenido «eligieron no hacerlo», por lo que prometió más informes al respecto.

MÁS ALIVIOS ECONÓMICOS

El presidente de EE.UU., Donald Trump (d), habla en una comparecencia ante la prensa, durante una reunión con el líder de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConell (1-i) y el líder de la minoría en la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, (2-i), en el Despacho Oval de la Casa Blanca, en Washington (EE.UU.), hoy 20 de julio de 2020. EFE

Trump se refirió a la pandemia durante una comparecencia ante periodistas en la Casa Blanca, donde este lunes recibió al líder de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConell, y el de la minoría en la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, para iniciar las negociaciones de un nuevo paquete de alivio económico, que se espera ronde el billón de dólares.

McCarthy aludió en el encuentro a uno de los puntos álgidos de la iniciativa sobre la no extensión del beneficio de desempleo para millones de estadounidenses que perdieron su puesto a causa de la pandemia (de 600 dólares semanales), ya que consideran que desalienta a algunos a regresar al trabajo.

«No creemos que se deba gastar ningún dinero federal que desincentive a trabajar», dijo tras defender que buscan promover un regreso seguro de niños, maestros y pequeñas empresas.

Medios locales resaltaron que otro de los aspectos críticos de la propuesta que el Senado busca aprobar tiene que ver con los recursos que se espera destinar a los estados para que realicen pruebas y el rastreo de contactos de las personas contagiadas por la COVID-19, algo a lo que la Casa Blanca se opone.

A finales de marzo pasado, el Congreso en pleno avaló un paquete de ayudas por 2,2 billones de dólares y el pasado 15 de mayo, la Cámara Baja, dominada por la oposición demócrata, aprobó otra iniciativa por valor de 3 billones de dólares..

El paquete económico impulsado por la Cámara de Representantes incluye un billón de dólares para rescatar a los estados y gobiernos locales, así como otra ronda de pagos directos de 1.200 dólares a los contribuyentes con ingresos por debajo de los 75.000 dólares anuales, incluidos esta vez los inmigrantes sin papeles.

Pero la Casa Blanca y los republicanos no dan su visto tanto al giro a los indocumentados como al rescate para los estados, ya que advierten que en algunos casos sus problemas financieros son previos a la pandemia.

FLORIDA: 10.000 CASOS POR DÍA

El líder de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConell (d) y el líder de la minoría en la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, (d), escuchan al presidente Donald Trump (d), durante una reunión en el Despacho Oval de la Casa Blanca, en Washington (EE.UU.), hoy 20 de julio de 2020. EFE

Durante la jornada, la situación se mantenía sin cambios en los estados azotados nuevamente por el coronavirus, después de que dieran sus primeros pasos hacia la reapertura.

En Florida, por ejemplo, se han registrado 360.394 casos positivos de la enfermedad, de los cuales 5.181 han resultado fatales. Solo este lunes se detectaron 10.347 contagios nuevos y 90 fallecimientos.

Se cumple así una semana en la que la cifra de contagios diarios superó todos los días los 10.000 casos, unos datos que comienzan a poner en jaque a los centros sanitarios que pueden verse sobrepasados por el número de enfermos a los que atender.

Alrededor de medio centenar de hospitales en toda Florida no disponen ya de camas en las Unidades de Cuidados Intensivos, mientras que en el condado de Miami-Dade son doce los centros sanitarios que llenaron el 100% de su capacidad.

Los hospitales del estado están al 76,06 % de capacidad, unas cifras que el gobernador de Florida, Ron DeSantis, ha considerado que «por el momento no resultan preocupantes», ya que estos centros están acostumbrados a trabajar con esta disponibilidad.

«La capacidad está ahí. Los pacientes de coronavirus representan un porcentaje más alto de lo que eran hace un mes o mes y medio, pero tenemos la capacidad», indicó en una rueda de prensa celebrada en Orlando (centro de Florida).

DeSantis enfrentó por segunda vez en la última semana una protesta de un pequeño grupo de manifestantes que fue escoltado a la salida del recinto por la Policía, donde continuaron sus proclamas.

También hoy sindicatos de maestros presentaron una demanda contra DeSantis, con la que busca bloquear una orden suya que exige la reapertura de las escuelas en agosto pese a la explosión de casos de la COVID-19.