Directora regional de Unicef defiende la reapertura de escuelas en Honduras

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La directora regional para América Latina y el Caribe de UNICEF, Jean Gough, habla el 12 de enero del 2021 durante una entrevista con Efe, en Tegucigalpa (Honduras). Gough abogó este miércoles en Honduras porque se abran las escuelas para que los niños vuelvan a recibir clases presenciales, pese a los graves daños causados en 2020 por la covid-19 y las tormentas Eta e Iota. EFE/ Gustavo Amador

Tegucigalpa – La nueva directora para América Latina de Unicef, la hondureña Jean Gough, se muestra a favor de explorar medidas para que se reabran las escuelas en Honduras, pese a los graves daños causados en 2020 por la covid-19 y las tormentas Eta e Iota.

«Así como veo que la economía está abierta, todo está abierto, entonces hay que tomar las medidas en esta cuestión de educación», subrayó Gough en entrevista con Efe en Tegucigalpa.

NO MANTENER LAS ESCUELAS CERRADAS

La educación hondureña se ha visto muy afectada por la pandemia, a la que se sumaron las tormentas tropicales Eta e Iota, con daños a la infraestructura a nivel nacional, los más graves en las regiones norte y occidental.

Pese a ello, la directora regional del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) cree que se deben asumir riesgos, pero sin miedos, para que no crezca la desigualdad, pues los niños no están aprendiendo y los logros educativos hasta antes de las emergencias que ha vivido el país «se van a perder».

«Un año para un niño pequeño es un montón de tiempo. El niño aprende rápido, pero también olvida rápido, y también creo que un niño pequeño necesita más de un maestro», enfatizó.

Diversos sectores coinciden en que 2020 fue un año perdido para la niñez y juventud porque el sistema educativo virtual público no funcionó por varias razones, algunas asociadas a la mora tecnológica que tiene Honduras, país con 9,3 millones de habitantes, de los que más del 60 % son pobres y más del 70 % no tiene acceso a internet, por ejemplo.

Otro problema que la directora regional del Unicef ve es que los «padres tampoco tienen el nivel educativo para ayudarlos en casa y la educación a control remoto requiere que alguien la supervise, ayuda, y eso no está sucediendo».

Gough aboga por el diálogo y consenso en 2021 para que los niños no pierdan el año educativo y, aunque reconoce que los padres tienen miedo a la pandemia, considera que «hay que tomar las medidas adecuadas, pero no mantener las escuelas cerradas».

DAÑOS A LA SALUD MENTAL DE LOS NIÑOS

La alta funcionaria de las Naciones Unidas expresó que le «duele profundamente» la falta que está haciendo la educación en todo el mundo, principalmente en Latinoamérica y el Caribe, donde hay países con muy bajos niveles educativos, porque «las escuelas, en su mayoría, han estado cerradas».

Esa situación ha tenido un alto impacto, «por eso nosotros abogamos por la continuidad de servicios educativos, porque la escuela es el lugar donde más van a aprender los niños», recalcó.

La falta de clases en las aulas ha tenido otras repercusiones, señaló Gough, al recordar que cuando los niños iban a la escuela recibían una merienda escolar, que para los más pobres eran las únicas calorías que obtenían al día.

Todo lo malo que están viviendo al no recibir clases en las escuelas está teniendo, además, «un impacto tremendo en su salud mental», reiteró Gough al mencionar que también «hay bastante deserción escolar».

«Muchos de los niños que deberían de estar en la escuela empezaron a trabajar, dado que el trabajo -para sus padres- también está reducido».

«Si los niños no continúan en la escuela, eso puede tener consecuencias enormes para el país», advirtió.

En su opinión, para que los niños vuelvan a la escuela, se puede buscar un sistema distinto, con algunos que asistan a clases por la mañana, otros por la tarde, quizá tres días a la semana, que consigan sus tareas y vuelvan a casa, pero manteniendo una supervisión.

Sobre la materia, se pueden imitar modelos de otros países que están dando buenos resultados, pese a la pandemia, de la que Gough considera que es una oportunidad para «repensar el sistema educativo en general, no solo en Honduras».

Esa es una oportunidad que según la directora regional de Unicef «no debemos de perder, porque tendrá un impacto enorme», principalmente en los países pobres, donde «hemos visto la falta de tecnología en muchas escuelas del sistema educativo».

ESCUELAS SON AHORA ALBERGUES

Gough inicia una visita a Honduras para conocer in situ los daños causados por la covid-19 y las tormentas Eta e Iota,  tema que abordará con funcionarios del Gobierno y con el presidente Juan Orlando Hernández.

La titular regional de Unicef lamentó que los dos desastres naturales se hayan sumado a la pandemia, lo que ha agravado los problemas en todas las comunidades afectadas, donde la escuela, que debió ser reabierta, ahora es un albergue para damnificados.

«Hay muchas escuelas que fueron cerradas, que perdieron todo su material educativo porque se mojaron con las lluvias. Todo ese tipo de cosas requerimos mejorar; si vamos a reconstruir, reconstruyamos adecuadamente, hay que ponerles servicios, áreas de lavado y todo eso que sabemos que necesitamos en las escuelas», enfatizó.

Gough, ingeniera civil y experta sanitaria en recursos de agua, dijo que las escuelas públicas no tienen suficientes espacios para el lavado de manos, algo que es necesario y se debe incrementar.

«La pandemia nos ha enseñado que la higiene, que el lavado de manos, es la mejor inversión que podemos hacer en nuestra salud, porque todos los gérmenes los llevamos a la boca con la mano», expresó al indicar que en el esfuerzo para que los niños regresen a la escuela se deben involucrar, además de las autoridades, la comunidad y la empresa privada. EFE