DEFENSORES DE HONDURAS
COMUNICADO No. 4
AL PUEBLO HONDUREÑO Y A LA COMUNIDAD INTERNACIONAL
Honduras atraviesa uno de los momentos más críticos de su historia democrática. En este contexto, las Fuerzas Armadas no pueden ser fuente de incertidumbre ni de pérdida de confianza. El país sufre una profunda crisis institucional, marcada por impunidad, opacidad, debilitamiento del Estado de Derecho y lo más grave, la creciente politización de las Fuerzas Armadas.
Defensores de Honduras manifiesta su más enérgica preocupación por las declaraciones y acciones del actual Jefe del Estado Mayor Conjunto, que contradicen abiertamente la Constitución de la República y amenazan la institucionalidad democrática.
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En medios nacionales, el actual Jefe del Estado Mayor Conjunto declaró que las Fuerzas Armadas son “un instrumento del Poder Político”. Esta afirmación es incompatible con el Artículo 272 de la Carta Magna, que establece:
“Las Fuerzas Armadas de Honduras son una institución nacional de carácter permanente, esencialmente profesional, apolítica, obediente y no deliberante.”
Esta conducta, sumada al silencio del Alto Mando ante las acciones políticas ilegales promovidas por el Partido oficialista, refleja una peligrosa subordinación partidaria. Su rol constitucional está siendo violado de forma reiterada.
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Recordamos también sus actuaciones más recientes: retraso injustificado en la entrega de maletas electorales por más de ocho horas,presentarse armado y uniformado sin invitación y de forma intimidante a la sede del CNE durante una sesión oficial, requerimientos a periodistas para revelar fuentes de información y amenazas a directores de medios, Conductas reiteradas de deliberación política en campos que no son de su competencia. Etc. Etc.
Estas no son meras fallas administrativas; son delitos graves que constituyen traición a la patria. Una falta de esta magnitud no prescribe e implica la pérdida de honores, derechos y grados militares.
Cuando un Jefe del Estado Mayor Conjunto se somete a un partido, sus órdenes pierden toda legitimidad.
Los oficiales generales de la Junta de Comandantes tienen el deber de restablecer el orden constitucional. Callar ante este abuso es ser cómplice de la instrumentalización de una institución que pertenece al pueblo hondureño, no a familias ni partidos políticos.
Exhortamos a los verdaderos hombres de uniforme a honrar la doctrina, la mística y los valores de las Fuerzas Armadas. Su misión es nacional y constitucional, no partidaria.
El pueblo hondureño demanda:
- La destitución inmediata del actual Jefe del Estado Mayor Conjunto por omisión de su deber electoral constitucional.
- Que la cúpula militar actual sea relevada y que un nuevo alto mando cumpla los mandatos de la Constitución dedicados a las FFAA.
- Que las Fuerzas Armadas garanticen un proceso electoral libre, confiable, justo y transparente el 30 de noviembre 2025.
- Que no se usen los medios de comunicación oficiales de las FFAA (Televisión) para transmitir actos políticos.
Si esta situación persiste y no se hacen los cambios solicitados, las Fuerzas Armadas perderán completamente la credibilidad como garantes del proceso electoral y agravarán la desconfianza ciudadana.
Reafirmamos:
- Subordinación al poder civil no es obediencia a un partido político.
- La imparcialidad militar es fundamental para la democracia y la paz social.
Llamamos a la ciudadanía, a los partidos, a la sociedad civil y a la comunidad internacional a permanecer vigilantes ante cualquier intento de instrumentalizar a las Fuerzas Armadas.
Honduras necesita una institución militar al servicio de la Nación, no del autoritarismo.
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¡Por la justicia, la democracia y la paz!
¡Viva Honduras libre, soberana y constitucional!
Tegucigalpa, M.D.C., lunes 30 de junio de 2025