Tegucigalpa.- El gobierno de Estados Unidos determinó cerrar en días recientes una parte más de su frontera, ésta vez no por COVID-19, sino por el crecimiento del flujo migratorio.
En ese marco se prevén masivas deportaciones de centroamericanos y hondureños que se manejan con salvoconducto para circular en territorio mexicano.
“Se trataría de una deportación expedita que tendría como máximo 20 días para abandonar el territorio mexicano”, manifestó este lunes la defensora de derechos humanos, Itsmania Platero.
La activista indicó que a criterio de algunos expertos esto podría significar el destierro total de los hondureños quienes no podrían volver a ingresar a territorio azteca por ningún punto de frontera.
“Ni siquiera por ninguna ruta controlada y segura aduciendo a que estos pudieran tener visa para ingresar a ese país”, comentó.
Desde ese ángulo, añadió, se estaría teniendo el retorno como mínimo de unas 15,000 personas que han solicitado el salvoconducto para circular en el territorio mexicano.
“De esa cantidad unos mil ya han sido considerados desterrados de México”, apuntó.
Platero estima una cantidad de 45,000 hondureños sumando a los que se encuentran en el cruce entre las fronteras de México y los Estados Unidos.
La defensora de derechos humanos detalló que unos 32,000 no habrían podido culminar sus trámites de asilo político y de refugio.
Los haitianos serían otro grupo que no dejan de estar fuera dentro de dicho espectro de migrantes que serían expulsados de Chispas y otros estados de la república mexicana.
Platero insiste que se trataría de un “destierro total” y considera el proceso como una de las “aberraciones” más grandes por parte del gobierno de México contra los derechos de los emigrantes.
En consecuencia, dijo, violentaría todos los compromisos adquiridos por la administración del mandatario Andrés López Obrador.
Pese a todo, estima, las migraciones no pararían en la región y producto de ello Panamá suma 88,000 migrantes en curso por el Darién en dirección a Centroamérica.