Tegucigalpa, Honduras – El jefe del sistema penitenciario de Honduras, coronel Ramiro Muñoz, reveló que enfrenta presiones de un juzgado para reducir la seguridad del extraditable José Rafael Sosa Méndez, actualmente recluido en una celda de máxima seguridad en la prisión de Támara.
Según Muñoz, se le ordenó ejecutar este traslado en un plazo de 24 horas, instrucción que asegura no seguirá debido a sus facultades legales.
Muñoz expresó firmeza en cumplir su labor sin doblegarse ante presiones, destacando que “la ley me faculta como Instituto Nacional Penitenciario para determinar dónde debe de estar cada recluso, especialmente si está condenado”.
Agregó que la situación con Sosa Méndez, y un segundo extraditable cuyo perfil delictivo ha cambiado, lo ha llevado a reforzar la autonomía y el respeto a la institucionalidad del sistema penitenciario.
También advirtió a abogados y defensores de derechos humanos que respeten el protocolo penitenciario y el papel de los directores de cada centro, a menudo blanco de intentos de intimidación, y reiteró que no atenderá órdenes externas a menos que se ajusten a los procedimientos establecidos.
El coronel finalizó con un mensaje claro: “El juez cree que es mi jefe. Ningún juez lo es. Yo no estoy a disposición de nadie solo porque un privado de libertad lo pida”.