Contagios por la COVID-19 en Honduras suman 75.537 y muertos 2.301

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EFE/Bienvenido Velasco/Archivo

Tegucigalpa – La cifra de contagios de la COVID-19 en Honduras se elevó a 75.537 y la de muertos a 2.301, informó el estatal Sistema Nacional de Riesgos (Sinager).

En su informe diario sobre la expansión de la pandemia, el Sinager indicó que, de 933 nuevas pruebas PCR de laboratorio, 428 dieron positivo, con las que los contagios ya suman 75.537, desde marzo, cuando fueron confirmados los primeros casos de contagios.

Se suman otros doce fallecimientos, con los que el número de personas que han perdido la vida aumentó a 2.301, señaló el organismo sanitario.

En lo que respecta a personas hospitalizadas que contrajeron la COVID-19, el Sinager registró 803, de las que 617 presentan un cuadro estable, 165 en condición grave y 21 en unidades de cuidados intensivos a nivel nacional.

Además, el organismo indicó que hubo 583 nuevos pacientes que se han recuperado, con los que ya se contabilizan 26.957 los que se han salvado de morir en Honduras por la pandemia.

La propagación de la COVID-19 aparentemente se ha reducido en importantes centros de población, como San Pedro Sula, en el norte del país, y Tegucigalpa, en el centro, que son las dos ciudades más importantes, que juntas suman unos 2,5 millones de habitantes, de los 9,3 millones que tiene Honduras.

En contraste, a partir de los informes del Sinager, la pandemia se está expandiendo en el interior del país, que tiene una extensión de 112.492 kilómetros cuadrados, repartidos en 18 departamentos.

En varias regiones del país pareciera que algunos de sus ciudadanos no creen en la mortal enfermedad o son indiferentes, ya que van desprovistos de mascarillas, a pesar de los llamamientos diarios del Sinager a toda la población para que se mantengan todas las medidas sanitarias recomendadas, para reducir la pandemia.

«Hay gente que cree que esto es política, no se cuidan, por eso es que aquí ya tenemos muchos casos de la enfermedad», dijo hoy a Efe Rigoberto Alvarado en Coyolito, departamento de Valle, en el sur del país.

Alvarado se gana la vida transportando pasajeros en una lancha con motor fuera de borda, a Amapala, en la Isla del Tigre, Golfo de Fonseca (Pacífico). El golfo Honduras lo comparte con El Salvador y Nicaragua.

La misma fuente añadió que a causa de la COVID-19, se ha reducido a la mitad la cantidad de lanchas que cubren la ruta entre Coyolito y Amapala, en un recorrido que dura entre doce y quince minutos.

«De las 30 lanchas que cubren la ruta, quince trabajan un día y quince otro; pero además, solo podemos llevar la mitad de la capacidad de pasajeros, cumpliendo con las medidas preventivas ordenadas por las autoridades», indicó Alvarado, quien cuando no tiene turno, se dedica a la pesca artesanal en el mismo sector con otros de sus compañeros y vecinos. EFE