El presidente de la Confraternidad Evangélica de Honduras, pastor Gerardo Irías, aseguró que la Caminata de Oración por la Paz realizada el pasado sábado marcó un precedente histórico a nivel nacional e internacional, al mostrar la masiva participación ciudadana en defensa de la paz, la democracia y la unidad del país.
“Estamos contentos, felices, no queremos hablar de lo negativo. El precedente que marcó esta caminata es muy importante porque a los candidatos a presidentes les quedó evidenciado que el pueblo cristiano es un pueblo de Dios. Deben recordar que Dios es quien quita y pone reyes, y nadie va a jugar con la democracia y la paz de esta nación”, expresó Irías.
El líder religioso subrayó que la manifestación fue pacífica y multitudinaria, y que quienes no reconozcan su magnitud “están ciegos”. Afirmó que la Confraternidad no tiene enemistad con ningún partido político, pero sí se pronuncia contra cualquier acción que atente contra los valores patrióticos y democráticos.
Recordó que en el pasado se violentó la Constitución durante el gobierno de Juan Orlando Hernández, lo cual, dijo, no debe repetirse. “El pueblo ya lo vimos en las calles, fue una convocatoria masiva. No pueden jugar con una convocatoria del pueblo. Somos soldados de Cristo, y estamos dispuestos a defender nuestra patria”, afirmó.
Según Irías, en más de 50 ciudades se movilizaron miles de hondureños en un ambiente de fervor patriótico y espiritual. En Tegucigalpa, destacó que más de 200,000 personas llenaron el bulevar Suyapa, asegurando que “el Espíritu Santo se movió de una manera poderosa donde todos pudimos sentir su presencia”.
Asimismo, resaltó que no se exhibieron banderas políticas, únicamente la Bandera Nacional, como símbolo de respeto y unidad. Valoró también la cobertura de los medios de comunicación y la presencia de la Policía Nacional como testigos de la jornada.
Ante críticas sobre las cifras de asistencia, Irías sostuvo que “la evidencia visual arrastra más que las palabras” y llamó a no manchar lo que calificó como un hecho histórico tanto para Honduras como para la comunidad internacional.
Finalmente, reafirmó que la Confraternidad Evangélica continuará siendo garante de la paz, la moral y los valores espirituales, manteniendo su compromiso con la oración y la defensa de la democracia hondureña.
