Apoyan a investigadores regionales a combatir sequía en frijol

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Foto Cortesía Maya Tv

Tegucigalpa – Hace un año la Secretaría de Agricultura y Ganadería SAG, a través de la Dirección de Ciencia y Tecnología Agropecuaria (DICTA), presentó ante la Iniciativa de Cooperación entre Corea y América Latina para la Alimentación y la Agricultura el proyecto “Producción sostenible de frijoles comunes mediante la difusión de variedades tolerantes a la sequía y alta temperatura en Honduras”.

Hoy el proyecto es una realidad como parte de la iniciativa que reúne a investigadores de nueve países, una acción colaborativa para enfrentar la amenaza de sequía en el cultivo de frijol como consecuencia del cambio climático.

El lanzamiento de esta iniciativa se realizó el 18 de agosto del presente año en reunión virtual auspiciada por el CIAT, el Centro Internacional de Agricultura Tropical en Cali, Colombia, y KoLFACI, la Agencia del Gobierno de Corea del Sur que apoya la investigación en temas de beneficio a los pequeños productores de diferentes zonas de América Latina.

En dicha reunión participaron los expertos en frijol de Bolivia, Colombia, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Perú y la República Dominicana. Juntos, estos investigadores forman un equipo para buscar nuevas variedades del frijol en cada uno de sus países, para asegurar que el cultivo de frijol podrá tolerar los déficits de lluvia y altas temperaturas que suelen ocurrir en la región.

En este evento virtual se contó con la presencia de las autoridades de dicha iniciativa Steve Beebe representante del CIAT en el proyecto, Jesús Quintana Director del CIAT en Colombia y Choi Suntay, Director de KoLFACI.

El Director de KoLFACI, expresó su satisfacción con el proyecto, “estamos creando un futuro brillante para la agricultura juntos.”

Por su parte Jesús Quintana, Director del CIAT en Colombia afirmó que la institución se encuentra en plena disposición de apoyar en todo sentido, poniendo a disponibilidad de sus socios lo mejor que ofrece la genética en este cultivo importante.

El representante del CIAT Steve Beebe expresó “el Frijol es un cultivo netamente americano y es un alimento esencial en la dieta de América Latina, con gran valor nutricional por su contenido de hierro, proteínas y minerales”.

Agregó que “en el proyecto se está trabajando en la región para asegurar que los productores podrán cosechar y los consumidores tendrán acceso al grano en el futuro”.

“La variación en clima y las sequías ocasionales siempre han sido un problema que crea inestabilidad en producción y alzas en los precios al público. El cambio de clima promete empeorar la situación, pronósticos indican que regiones cómo Centroamérica puede tener años secos con más frecuencia. La escasez de frijol provoca grandes inquietudes en la población, y contribuye a la desnutrición que sufren algunos sectores” señala Beebe.

En la región es común que entre 20 y 30% de los niños sufran de anemia por falta de hierro en la dieta, y este es un problema que perjudica su capacidad mental por toda la vida. El Frijol es fuente de hierro y puede contribuir a reducir el riesgo de anemia y mejorar la salud y nutrición de la población.

Como respuesta a esta problemática y mediante el proyecto en investigación de frijol financiado por Kolfaci, Honduras se plantea trabajar en el desarrollo de variedades resistentes con una mayor adaptación a las condiciones cambiantes de calor y sequía a través del mejoramiento genético, y la difusión de estas variedades a través de validaciones agrícolas, la producción de semillas de calidad y la implementación de prácticas de manejo sostenible necesarias.

Y así asegurar la sostenibilidad de la producción de frijol en la mayoría de las áreas productoras de Honduras para asegurar la generación de ingresos y Seguridad Alimentaria Nutricional (SAN).

Por Honduras participa Norman Danilo Escoto, investigador principal del Proyecto “Producción Sostenible de Frijoles Comunes mediante la difusión de variedades tolerantes a la sequía y de alta temperatura en Honduras”.

El proyecto tiene un período de ejecución de seis años con fondos provenientes de KoLFACI.