A llenarse de sabiduría divina y desapegarse de lo material, llama la Iglesia Católica

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Tegucigalpa.- Durante la homilía dominical en la Basílica Menor de Suyapa, el padre Carlo Magno Núñez, rector del templo, reflexionó sobre la importancia de la sabiduría divina en la vida del ser humano y enfatizó en la necesidad de llenarse de esta sabiduría para vivir conforme a los preceptos de Dios.

En ese sentido, el padre Núñez explicó que la sabiduría divina no se refiere a los deberes humanos, sino a un don que permite a las personas ver la vida, sus circunstancias y a otros desde la perspectiva de Dios.

Esta sabiduría, según el religioso, nos aleja de criterios humanos limitados y, a menudo, erróneos, permitiéndonos comprender mejor el propósito divino en nuestras vidas. «Apartarnos de los criterios del mundo para ver los criterios de Dios es el verdadero sentido de la sabiduría», afirmó en su homilía dominical.

Además, el sacerdote hizo hincapié en las palabras del autor sagrado que dice: «La preferí a los cetros y a los tronos, y en comparación con ella, en nada tuve la riqueza.» El padre Núñez enfatizó que, a pesar de las riquezas materiales, «ningún poder, ninguna joya, ninguna riqueza puede compararse con la sabiduría».

Citando a San Pablo, quien afirmó que «todo lo de este mundo lo considero basura con tal de tener a Cristo en mi vida» (Filipenses 3:7-8), resaltó la importancia de priorizar lo espiritual sobre lo material.

La Palabra de Dios como Guía

Entretanto, el padre Carlo Magno Núñez también exhortó a los feligreses a leer, escuchar y meditar la Palabra de Dios, recordando que «la Palabra de Dios es viva y eficaz, más penetrante que espada de doble filo» (Hebreos 4:12-13).

Subrayó que dejarse guiar por la sabiduría divina trae fuerza y gracia a nuestras vidas, permitiéndonos afrontar los desafíos con una perspectiva renovada.

De igual manera, en su homilía dominical, el sacerdote hizo referencia a la narración evangélica sobre el joven que se acercó a Jesús preguntando cómo alcanzar la vida eterna. Jesús, al responderle, le pregunta: «¿Por qué me llamas bueno? Nadie es bueno, sino solo Dios», una declaración que revela la comprensión del joven sobre la divinidad de Cristo.

El padre Núñez explicó que Jesús, al mirar al joven con amor, le invitó a renunciar a sus bienes materiales para seguirlo, presentando esta decisión como un camino hacia la verdadera sabiduría.

Además, el padre Núñez reflexionó sobre el apego del joven a sus riquezas, enfatizando que muchas personas hoy en día también priorizan lo material sobre lo espiritual. «¿Cuántas veces preferimos las riquezas, el poder y los placeres efímeros de este mundo?» cuestionó.

Asimismo, destacó la sentencia de Jesús sobre la dificultad de un rico para entrar en el reino de los cielos, utilizando la imagen del camello que intenta pasar por el ojo de una aguja para ilustrar este mensaje.