Tegucigalpa.- En política, como en la vida, las palabras pesan, pero las firmas pesan más. Esa fue la realidad que dejó al descubierto la diputada del Partido Nacional (PN), Francis Argeñal, al revelar que el diputado del Partido Liberal, Mauricio Rivera, sí asistió a la sesión extraordinaria de diputados de oposición.
La denuncia contrasta con las declaraciones públicas que Rivera había emitido horas antes, cuando aseguró que no participaría en dicha convocatoria. El señalamiento pone en evidencia una incongruencia entre el discurso y los hechos, reavivando el debate sobre la coherencia y la responsabilidad política dentro del Congreso.
Argeñal no solo contradijo la versión de Rivera, sino que lo hizo con una frase que rápidamente comenzó a circular en redes sociales:
“Llegó, firmó y se fue. Una llamada bastó para abandonar la sesión. La convicción no se firma: se demuestra. Y cuando es real, no se quiebra por presiones ni por órdenes de último momento.”
El señalamiento cayó como balde de agua fría, sobre todo porque Rivera había publicado previamente un video y un mensaje en su cuenta de X en el que aseguraba que no participaría en la reunión por considerar que se trataba de una “autoconvocatoria” con actores que, según él, estaban “robándole las elecciones al pueblo”.
En su publicación, Rivera escribió:
“No puedo sentarme con quienes le roban las elecciones al pueblo y a Salvador Nasralla. Mientras el pueblo lucha contra el fraude en el escrutinio especial, y Cosette López se niegue a revisar las 8,835 urnas impugnadas, no puedo acompañar.”
El video que acompañó el mensaje reforzaba esa postura. En él, Rivera argumentaba que no podía asistir porque, a su criterio, el Partido Nacional estaba inflando votos y negándose a respaldar las impugnaciones presentadas por el Partido Liberal.
“No podemos participar de una autoconvocatoria si el Partido Nacional no da su voto a favor de las impugnaciones que por ley nos corresponde… No puedo sentarme a la mesa con quienes están asaltando la democracia”, afirmó en su grabación.
Sin embargo, la versión comenzó a desmoronarse cuando Argeñal aseguró que Rivera sí llegó al lugar, firmó asistencia y luego se retiró. Para rematar, la diputada presentó la hoja de asistencia con la firma manuscrita del liberal, un detalle que dejó poco espacio para interpretaciones creativas.
El episodio ocurre en medio de rumores que circularon desde tempranas horas sobre supuestas llamadas de la diputada Iroshka Elvir a varios diputados liberales para que se retiraran de la sesión. Aunque el rumor tomó fuerza en redes y pasillos políticos, el diputado Mauricio Villeda declaró que a él no lo habían llamado, aunque admitió que le resultaba llamativa la ausencia de Elvir.
Al final, entre discursos encendidos, videos solemnes y llamados al “pueblo”, fue una simple firma la que terminó contando la historia completa. Y en ese capítulo, Francis Argeñal no solo desmintió a Mauricio Rivera, sino que lo dejó retratado: entre el discurso firme y la salida apresurada, la coherencia quedó, al menos esta vez, firmada… pero no sostenida.
