Tegucigalpa.- El proceso electoral en Honduras no solo aviva tensiones y expectativas, sino que también ha derivado en una auténtica “novela política” en redes sociales, protagonizada por el presidenciable Salvador Nasralla y la diputada nacionalista María Antonieta Mejía.
Nasralla acusó al Partido Nacional de haber orquestado fraudes en las elecciones de 2013 y 2017. Como respuesta, Mejía, sin reservas, afirmó que el verdadero caos no proviene de exigir transparencia, sino de desconocer la institucionalidad, manipular la narrativa sin pruebas y obstaculizar la verificación completa del proceso.
Entre señalamientos de fraude, demandas de un conteo total y llamados al respeto de la ley, ambos encendieron el debate digital y colocaron al país en el centro de una nueva polémica electoral.
Salvador Nasralla denunció a través de cuenta de X, que Honduras fue víctima de fraudes electorales en 2013 y 2017, ambos orquestados por el Partido Nacional, hechos que provocaron un aumento en la emigración hacia Estados Unidos.
Nasralla también afirmó que los opositores a su candidatura buscan impedir que personas “de manos limpias” como él, lleguen al poder.
Respecto a las elecciones recientes, señaló que, de 19.167 actas violadas, 19.159 fueron revisadas con actas originales y contrastadas científicamente, y exigió que todos los votos sean contabilizados, tal como lo respaldó María Antonieta Mejía, autoridad del Partido Nacional, asegurando que el conteo debe realizarse sin usar el sistema de la empresa ASD, considerado por su persona como corrupto.
Mejía responde con dureza y acusa a Nasralla de desinformar y manipular el proceso
La diputada María Antonieta Mejía respondió a Salvador Nasralla enfatizando que no hay caos por capricho, sino que el desorden surge cuando se niega el respeto al voto popular y a la institucionalidad. Señaló que el problema no es exigir transparencia, sino no presentar actas, rehuir mostrarlas, manipular la narrativa calificando el proceso de fraude sin pruebas, torcer la ley o bloquear la verificación completa.
La diputada explicó que la exigencia de transparencia es concreta y legal, y debe seguir pasos claros: presentar, comparar y sumar actas, aportar evidencia verificable y, solo si corresponde, avanzar a un voto por voto, y criticó que Nasralla desinforme en redes sociales y advirtió que llamar “caos” a la exigencia de transparencia es una táctica para desacreditar la discusión y evitar el fondo del problema.
Finalmente, Mejía insistió en que la oposición responsable no destruye la democracia, sino que la defiende, y que Honduras ya conoce el costo de normalizar el fraude y criminalizar la exigencia ciudadana. Recalcó que el país necesita verdad para recuperar la confianza y que, si Nasralla confía en su equipo y actas, debe actuar como estadista, respetar la institucionalidad y dejar que la verdad hable por sí sola.
La tensión electoral, hace que Nasralla y Mejía, se enfrenten en la arena digital, dejando al descubierto la crisis que atraviesa la política en Honduras.
