Países Bajos ve «desproporcionada» la decisión de Nicaragua de romper relaciones

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La Haya.- El Gobierno neerlandés lamentó este sábado la «desproporcionada» decisión del Ejecutivo de Nicaragua de romper relaciones diplomáticas y resaltó que seguirá criticando las violaciones de derechos humanos en ese país.

El viernes, el Gobierno de Daniel Ortega rompió las relaciones diplomáticas con Países Bajos tras acusarlo de mantener una posición «injerencista, intervencionista y neocolonialista» con su país.

En un tuit, el ministro neerlandés de Exteriores, Wopke Hoekstra, aseguró este sábado que Países Bajos «lamenta la decisión desproporcionada» de Nicaragua, pues un «debate crítico es siempre mejor que acabar con las relaciones» diplomáticas.

Pero agregó que el Gobierno neerlandés «mantiene una posición firme en cuanto al empeoramiento de las estructuras democráticas y las violaciones de derechos humanos en Nicaragua».

Este viernes, en una nota diplomática, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Nicaragua comunicó a Países Bajos su «decisión de descontinuar inmediatamente las relaciones diplomáticas» y aseguró que le «ha ofendido y continúa ofendiendo a las familias nicaragüenses con amenazas y suspensiones de obras de bien común, como hospitales para comunidades originarias y afrodescendientes».

Nicaragua tomó esa decisión horas después de que el presidente del país, Daniel Ortega, anunciara que su Gobierno no quería tener lazos diplomáticas con Países Bajos, al que calificó de «intervencionista».

Ortega recordó que en 2018 Holanda suspendió la construcción de un hospital en la ciudad de Bilwi, en el Caribe norte de Nicaragua, valorado en 21,5 millones de dólares, con lo que, a su juicio, demostró su «miseria humana».

El Gobierno de Países Bajos suspendió la cooperación para la construcción de ese hospital en Nicaragua debido a «las graves violaciones de derechos humanos cometidos por oficiales del Gobierno y grupos parapoliciales» en el marco de unas manifestaciones antigubernamentales.

Nicaragua atraviesa una crisis política y social desde abril de 2018, que se ha acentuado tras las controvertidas elecciones generales del pasado 7 de noviembre, en las que Ortega fue reelegido para un quinto mandato, cuarto consecutivo y segundo junto con su esposa, Rosario Murillo, como vicepresidenta, con sus principales contendientes en prisión. EFE