Tegucigalpa.- El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, ha manifestado abiertamente su deseo de prolongar su permanencia en el poder por al menos “diez años más” para “terminar de cimentar” las transformaciones estructurales en el país.
Bukele, quien goza de índices de aprobación históricos, sostiene que los cambios logrados hasta ahora son solo el comienzo de un proyecto de largo plazo, como se puede apreciar a nivel de seguridad y control territorial.
Según su visión, interrumpir el proceso actual pondría en riesgo los avances alcanzados contra las estructuras criminales, por lo que considera necesario un horizonte de tiempo extendido para garantizar que El Salvador “no retroceda” a los niveles de violencia del pasado.
Este anuncio ha reavivado el debate sobre la alternancia democrática en el país centroamericano. Mientras sus seguidores ven en esta intención una garantía de continuidad y estabilidad, diversos sectores de la oposición y organismos internacionales expresan su preocupación por la progresiva concentración de poder.
La posibilidad de una nueva extensión del mandato se produce tras una controvertida interpretación constitucional que permitió su actual reelección. El mandatario defiende que su legitimidad emana del respaldo popular masivo, el cual interpreta como un mandato claro para continuar liderando la nación sin las restricciones temporales que tradicionalmente rigen en las democracias de la región.




















