México.- Más de 60.000 migrantes mexicanos fueron interceptados en marzo en Estados Unidos, una cifra que resulta ser inusualmente alta y que refleja que, pese a las promesas gubernamentales, la pobreza y la violencia del país empuja a miles de personas a probar suerte en la nación vecina.
En Tijuana se ubica el templo cristiano Embajadores de Jesús, en donde hace más de dos años se han estado refugiando cientos de migrantes de diversas nacionalidades, pero en los últimos meses el número de mexicanos arropados en este albergue ha incrementado.
Según datos de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, en inglés), en marzo se interceptó a 172.331 migrantes indocumentados. De estos, 62.325 era mexicanos.
Y en enero y en febrero, la cifra de mexicanos fue de 40.822 y de 44.247, respectivamente.
UN DRAMA TAMBIÉN MEXICANO
Gustavo Banda Aceves, pastor en la iglesia Embajadores de Jesús, señaló que actualmente se alberga a 100 familias mexicanas, que en su mayoría esperan todavía tocar el territorio americano en busca de una mejor vida. O que ya lo hicieron y buscan una segunda oportunidad para cruzar.
En total, este refugio acoge hoy a unas 800 personas, de los cuales 400 son menores. Y ello, denunció Banda Aceves, sin recibir apoyo de las autoridades.
“Desde hace una semana estamos viviendo el arribo de 100 migrantes deportados bajo el título 42”, dijo este jueves a Efe.
Durante la Administración de Donald Trump, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE.UU. (CDC, en inglés) emitieron, en marzo de 2020, el Título 42 como parte de la respuesta del Gobierno a la pandemia de la covid-19.
Esta disposición señala que la CBP puede devolver por la fuerza a través de la frontera a migrantes que hayan entrado de forma irregular a Estados Unidos, sin darles la oportunidad de solicitar asilo o protección.
Gustavo Banda explicó que el trato de los migrantes, independientemente de su nacionalidad, es «inhumano» por parte de las autoridades de Estados Unidos, pues muchos de los que recibe después de ser deportados, han llegado hasta sin los cordones de su calzado.
“Les quitan sus cintos (cinturones) y todo lo que ellos traen. Se los tiran a la basura, y ya llegan aquí prácticamente con lo que traen que es muy poco”, compartió el pastor y responsable del albergue.
HUYENDO DE LA VIOLENCIA
Las familias mexicanas prefieren en su mayoría preservar su identidad. Sin embargo, un hombre originario de Michoacán, en el oeste del país, contó que su travesía fue muy complicada y llena de riesgos y ahora se mantiene en el albergue junto a su esposa y dos hijos, para quienes buscaba una mejor vida.
Por otra parte, María Esther, también del occidental estado de Michoacán, dijo no temer a las políticas actuales de los Gobiernos norteamericanos y continuará en su intento de cruzar la frontera y mantenerse allá, pues México para ella es un país peligroso.
En el caso de estas dos personas y sus familias, ambas salieron huyendo de su zona de origen por la violencia que impera y que no ha sido detenida por las autoridades, naciendo en ellos el interés por lograr el “sueño americano”, ya sea bajo asilo migratorio o de forma ilegal.
“Los riesgos de estar en México son los mismos que se corren al cruzar la frontera, o peor», contó María Esther a Efe, tras pedir que su rostro no fuera grabado por temor a alguna acción en su contra.
LA PROMESA PRESIDENCIAL
Las cifras de mexicanos que buscan cumplir su sueño americano chocan con las promesas del presidente, Andrés Manuel López Obrador, de lograr un bienestar en el país que inhiba a sus paisanos a salir de sus tierras.
Para evitar este éxodo hacia Estados Unidos, el mandatario impulsa desde comienzos de su mandato el programa de reforestación Sembrando Vida, que si bien ha dado alrededor de 450.000 empleos a campesinos, se ha mostrado insuficiente.
Y que ahora busca también expandir y ampliar en Centroamérica con el apoyo de su homológo estadounidense, Joe Biden, pues este es uno de los temas principales que López Obrador trató este jueves en la cumbre climática organizada por Estados Unidos.
En su retórica habitual, López Obrador califica de «héroes» a los migrantes mexicanos, especialmente por el monumental envío de remesas a las familias que dejaron atrás, que suponen además una de las principales fuentes de divisas en el país.
La región vive desde el arribo de Biden al poder un fuerte ola migratoria. Y México ha efectuado el despliegue de miles de tropas en su frontera sur para inhibir el paso y, dicen, salvaguardar la integridad de los migrantes centroamericanos, especialmente de los menores de edad. EFE