Tegucigalpa.- El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, busca mostrar su liderazgo en Latinoamérica con la cumbre migratoria convocada para este domingo con otros 11 países, pero especialistas y activistas dudan de que el encuentro tenga resultados en concreto y de que EEUU cambie sus políticas.
Para la reunión en Palenque (Chiapas), la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) confirmó la asistencia de los jefes de Estado de Colombia, Cuba, Haití, Honduras y Venezuela, del vicepresidente de El Salvador y el viceprimer ministro de Belice, así como ministros y cancilleres de Costa Rica, Ecuador, Guatemala y Panamá.
Lo primero que ha destacado del evento es la presencia de mandatarios de la izquierda latinoamericana, como el venezolano Nicolás Maduro y el cubano Miguel Díaz-Canel, mientras estarán austentes el costarricense Rodrigo Chaves y el panameño Laurentino Cortizo, cuyos países son esenciales para atender la problemática.
«Está claro que el Gobierno de México busca el liderazgo regional del tema migratorio, pero aún está por verse si los otros países aceptan esto y si puede lograrse un consenso ante tantas diferencias ideológicas», comentó William Jensen, asociado del Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales (Comexi), a EFE.
La cumbre migratoria ocurrirá mientras México y Centroamérica afrontan un flujo migratorio “sin precedentes”, según la Organización Internacional de las Migraciones (OIM), con hasta 16.000 migrantes que llegan al día a las fronteras mexicanas, de acuerdo con López Obrador.
En la reunión «Por una vecindad fraterna y en busca del bienestar», el gobernante mexicano busca una propuesta común para después presentarla al presidente de Estados Unidos, Joe Biden, en noviembre.
«Durante el encuentro analizarán las causas de la movilidad humana, como la pobreza, la desigualdad, la falta de oportunidades laborales y los efectos negativos del cambio climático, así como medidas unilaterales externas que inducen a este fenómeno social de las poblaciones vulnerables», indicó la SRE en un comunicado.
El defensor de migrantes Irineo Mujica Arzate, director de la organización Pueblos Sin Fronteras, consideró que la cumbre es «solo un maquillaje», pues no ve voluntad política para atender el problema.
“Esta cumbre es una cumbre de la vergüenza, es una cumbre de la corrupción de los países que han dejado que toda esta migración se encuentre aquí”, manifestó a EFE el activista.
Mientras que Jensen consideró que habrá pocos resultados sin Estados Unidos.
«López Obrador insiste en que busca una solución más profunda que atienda las causas, pero las presiones políticas en Estados Unidos están orillando al Gobierno de Biden a buscar algo más inmediato, algo que puedan mostrar rumbo a las elecciones presidenciales (de EE.UU. en 2024)», apuntó el experto en política internacional.
Hasta ahora, la agenda pública de la cumbre solo contempla una rueda de prensa a las 16.00 hora local (22.00 GMT) del domingo.
Las organizaciones civiles internacionales han exigido que la cumbre migratoria resulte en soluciones que atiendan de forma urgente la crisis humanitaria de la región.
“Esta cumbre debe ser el primer paso hacia un futuro donde todos los Estados de las Américas garanticen los derechos de todas las personas que se han visto obligadas a huir de sus países», manifestó Ana Piquer, directora para las Américas de Amnistía Internacional, en una carta abierta a los mandatarios.
Gemma Domínguez, coordinadora general de proyectos de Médicos Sin Fronteras (MSF) en México, también advirtió en un pronunciamiento de «una crisis humanitaria sin precedentes, con un número inédito de personas migrantes que sufren las consecuencias de la inacción, la falta de atención y la ausencia de coordinación».
En cambio, la organización internacional HIAS cree que la cumbre es «un paso fundamental para abordar los complejos desafíos» de la migración.
«El compromiso colectivo de estos líderes regionales significa un punto de inflexión crucial», señaló Cristina García, vicepresidenta sénior de HIAS para la región de América Latina y el Caribe. EFE